Con este proyecto la UNAM quiere hacer lo imposible: que se formen para subir al metro de CDMX

Con este proyecto la UNAM quiere hacer lo imposible: que se formen para subir al metro de CDMX
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Si alguna vez has viajado en metro en la ciudad de México, sobre todo en horas pico, sabrás lo que es navegar entre un mar de gente para poder entrar o salir de los vagones, hasta hace poco era un verdadero desorden, pero al menos en la estación del metro Balderas hay una nueva realidad.

Y es que gracias al proyecto "Ascenso y descenso eficiente de los vagones del metro" parece que estamos ya en el primer mundo, pues aunque parezca increíble, ahora la gente hace filas de manera ordenada para permitir que quienes bajan en la estación puedan hacerlo sin amontonamientos, dando lugar a un orden que no era posible ni imaginar.

Metro

Para poder lograr esta titánica labor fue necesario observar los recorridos de la línea 1 del metro a través de grabaciones en video, se contabilizó cuantas personas subían y bajaban en cada estación y a cada momento durante el día. Todo esto se logró gracias a investigadores del Instituto de Investigaciones en Matemáticas Aplicadas y en Sistemas (IIMAS) de la UNAM y también a Jorge Luis Zapotécatl quienes desarrollaron simulaciones computarizadas para poder modelar alternativas una vez que se entendiera el fenómeno de subida y bajada masiva de personas a los vagones.

Después de varias simulaciones y opciones, se implementó una solución que se inspira en el metro de Singapur, Corea, Tokio y China, y la solución se nos antojaría sencilla, pero no fue tan fácil llegar a ella.

Para ordenar la gran cantidad de personas que diariamente utilizan este método de transporte se delimitaron áreas de salida y espera a través de líneas en el piso, con poco material es posible hacer mucho, así lo indicó Tania Pérez diseñadora industrial e integrante del equipo de investigación.

La sorpresa de los investigadores fue mayúscula cuando en el primer día lograron que la gente se formara en filas, que esperara su turno, que olvidara los empujones, y ellos solos, como orquestados por una mano invisible, comenzaron a formarse. Tal vez lo más impactante haya sido que la misma gente comenzó a regularse, pidiendo a otros que respetaran la fila y nadie se metiera.

Gustavo Carreón se encuentra elaborando parte de su tesis de doctorado con este proyecto, ya que no solo se busca que la gente entre y salga ordenadamente del metro, sino que también se puedan evitar los retrasos para que todos lleguen a su destino a tiempo. Parte del éxito del proyecto es que la gente se sienta parte de él, que se organicen y puedan ayudar a un mejor desempeño, de acuerdo con las simulaciones matemáticas.

El proyecto es susceptible de mejorarse aún más, y parte de ello se lo debemos a la forma de comunicación de las hormigas, la idea es que cada uno de los trenes se adapte a las condiciones que lo rodean, por ejemplo a qué distancia está del que va antes y después de ellos, y cuántos pasajeros hay en cada estación. Todo ello con el fin de hacer más eficiente este medio de transporte.

El siguiente paso es consolidar la estación Balderas de la línea 1, para posteriormente extender el sistema al resto de las estaciones de esa línea. Tanto los investigadores como los directivos del Metro están confiados en que si hasta ahora ha funcionado bien en horas pico en la estación Balderas, también funcionará en otras estaciones.

Los primeros resultados ya están a la vista, pues en vez de tener que esperar seis o siete trenes para poder abordar, el tiempo se ha reducido a tres o cuatro, ya que la apertura y cierre de las puertas ahora es más rápida y los trenes pueden proceder con más eficiencia.

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