Sí, alguien ha impreso una cara en 3D para intentar burlar el reconocimiento facial de los móviles, y sólo se salva uno

Sí, alguien ha impreso una cara en 3D para intentar burlar el reconocimiento facial de los móviles, y sólo se salva uno
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Aunque ahora estamos viendo que el lector de huellas mantiene su presencia ubicándose también en la pantalla, el reconocimiento facial ha sido uno de los sistemas complementarios de desbloqueo en los móviles que más hemos visto últimamente, sobre todo desde el FaceID. Y como nos encanta poner a prueba los límites de las nuevas tecnologías, esta vez no ha sido una excepción y la prueba ha sido imprimir en 3D una cabeza para intentar engañar a los sistemas de reconocimiento facial de algunos móviles.

Nada es infalible, y como vimos es posible engañar a los lectores de huellas (aunque tampoco es que sea sencillo). Pero eso sí, las tecnologías van mejorando y con el mapeo en 3D ya no basta con una foto, así que a falta de un gemelo buena es una impresora 3D.

Cuanto más azúcar, más dulce, y cuantos más sensores, mayor seguridad

Como decíamos, desde hace un par de años ha habido algo de mejora en el reconocimiento facial de los móviles gracias a la incorporación de sensores y tecnologías que hacen un escaneo más exacto del rostro, trabajando incluso en la oscuridad. Fue el FaceID el que abrió la veda, viendo posteriormente sistemas como el de OPPO, Xiaomi o Vivo, aunque no todos alcanzan el mismo grado de lectura (los puntos del mapa del rostro).

Así, en Forbes se pusieron manos a la obra y decidieron intentar poner en jaque a algunos de estos sistemas, y para ello el periodista Thomas Brewster fue el modelo y herramienta. Para obtener el modelo en 3D de su cara confiaron en Backface, una empresa en Birmingham (Reino Unido) que cuenta con un estudio de 50 cámaras con las que se obtiene una fotografía tridimensional (en este caso, de Brewster), lo cual se usa de base en el software que crea la plantilla para la impresora.

Escaneo 02

¿Y los móviles a engañar? Para esta prueba contaron con un LG G7 ThinQ, un iPhone X, un Samsung Galaxy S9, un Samsung Galaxy Note 8 y un OnePlus 6. En este caso todos cuentan con reconocimiento facial, pero las tecnologías son distintas, siendo el smartphone de Apple el que dispone de un sistema más completo.

¿Se nota esto? Spoiler: bastante, según las pruebas de Brewster.

Como veremos en el vídeo, el periodista prueba en cada móvil primero con su rostro y luego con el impreso en 3D, en el caso de Samsung con las dos modalidades de lectura que ofrecen. El OnePlus 6 y los dos Galaxy caen en la trampa, con menos intentos si la luz es más cálida, mientras que el LG G7 ThinQ es un hueso duro de roer y el iPhone X se corona ganador, no cayendo en ninguno de los intentos.

Con esto puede comprobarse en cierto modo que la efectividad de la tecnología implicada en el FaceID no queda sólo en la teoría, y que esos 30.000 puntos del mapeo se traducen en un sistema más seguro. La fidelidad del molde en este caso es bastante alta, obviamente no es una réplica perfecta (está más pálido, etc.), pero al menos no lo suficiente como para que esos 30.000 puntos se queden en pocos.

Cada vez caben menos sensores

Evidentemente es francamente complicado hacerse con una reproducción 3D de un rostro ajeno como para alarmarse con esto, pero nos vale como prueba de que los esfuerzos por mejorar la seguridad en estos sistemas no son en vano y que a mayor información sobre el rostro, menor posibilidad de engañar a estos sistemas. Lo interesante sería ver cómo quedan los sistemas avanzados cara a cara (nunca mejor dicho), con el fin de ver si alguno de todos cae en la trampa y si no es Apple la única cuya tecnología se salva.

Samsung Galaxy S9

Esto podemos hilarlo con lo que hablamos ayer acerca de lo que estamos viendo en los frontales, los distintos diseños para encajar la cámara frontal. En el caso de los notchs testimoniales como el del OnePlus 6T o los agujeros como el del Samsung Galaxy A8s sólo hay sitio para la cámara frontal, por lo que no es posible implantar un sistema con los sensores ToF, infrarrojos y otros componentes que componen los sistemas de reconocimiento facial más seguros.

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