Grooveshark se ha ido, pero este es su gran legado

Grooveshark se ha ido, pero este es su gran legado
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Hace poco más de nueve años, un grupo de estudiantes universitarios tuvo la idea de compartir música; sí, existían programas como LimeWire o Ares, o incluso los sitios de torrents y descargas, pero ellos querían ir más allá: subir música y que cualquiera la escuchara en línea, sin necesidad de descargar nada. Ellos mismos se describían como "El YouTube de la música", si la memoria no me falla.

En ese entonces, no sólo eran pioneros en el mundo del streaming de música, sino que también en el de las startups, cuando no había una de éstas en cada esquina y que además tenían una idea buena, no sólo una idea a secas.

No sólo eran pioneros en el mundo del streaming de música, sino que también en el de las startups

Una de sus caras más conocidas fue, o mejor dicho, es Andres Barreto, a quien tuve el gusto de conocer brevemente el 11 de Noviembre del 2009 en una charla suya. Un joven con visión, entusiasmo e inspiración para regalar, que realmente te sorprendía con su corta edad y el tamaño del éxito que obtenía con Grooveshark.

Pero desde ese entonces, Barreto platicó ligeramente de los problemas que comenzaban a tener con las disqueras por su forma de operar, en la que las personas subían libremente su música para que cualquiera pudiera escucharla. Claro que eso no impidió que tuvieran la simpatía de miles de usuarios y el apoyo de algunos angel investors.

Grooveshark se convirtió en un icono y posteriormente, como hemos podido ver, en una inspiración, pero no tenía el alcance que hoy tienen servicios como Spotify, Rdio, o "el increíble e inigualable" Tidal, aunque tampoco tenían un modelo de negocio en el que los artistas se beneficiaran de las reproducciones de su música.

La música en físico ya no ponía los huevos de oro.

Posteriormente, se lograron un par de alianzas con las disqueras, pero no todas ellas estaban contentas, sin embargo, tuvieron que voltear a ver las cifras y darse cuenta que la música en físico ya no ponía los huevos de oro, sino que la nueva gallina era la de la música digital, y había que explotarla.

Claro está que el acercamiento de Grooveshark no era el más indicado, al menos para los músicos, y la industria tuvo que escarmentarlos durante más de la mitad de su vida, terminando con la apropiación de todo lo que era la empresa, pero al menos lograron abrirles los ojos e incluyo ayudar a la industria, aunque nadie se los vaya a agradecer.

Hay quienes hoy en día utilizan Spotify de manera diaria, pero no llegaron a conocer Grooveshark; deben de saber quienes fueron los pioneros, a aquellos que pusieron la primera piedra en este camino y que ayudaron a crear los cimientos de esta nueva forma de consumir música. Que aquellos otros servicios siempre recuerden que: "Si he logrado ver más lejos, ha sido porque he subido a hombros de gigantes".

Te extrañaremos, Grooveshark.

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