Construir túneles está muy bien, pero China lleva todo a otro nivel: cortar montañas por la mitad

Gonzalo Hernández

Editor

El nivel de la construcción en China no deja de sorprender. Uno de sus últimos avances, en lugar de construir túneles para atravesar montañas, consiste en una  radical técnica: cortarlas por la mitad para construir carreteras.

Este proceso se realiza de la mano de explosivos, excavadoras gigantes y una planificación milimétrica para dividir formaciones rocosas de cientos de metros de altura. Todo, evidentemente, está respaldado por estudios geológicos que permiten determinar la composición de estas formaciones y planificar los cortes de tal forma que no se afecte la estabilidad del terreno.

El proceso de construcción

El procedimiento ocurre de la siguiente forma: primero, se analiza el terreno a profundidad. Luego, los ingenieros utilizan explosivos controlados para crear las fracturas iniciales. Después, se introduce maquinaria pesada especializada, capaz de excavar decenas de metros de profundidad por día.

Una vez realizado el corte, las paredes se estabilizan con mallas metálicas, hormigón y sistemas de drenaje que evitan deslizamientos. El resultado final es un paso a través de la montaña que puede tener paredes verticales de hasta 200 metros de altura, dependiendo de la formación.

Ejemplos de este tipo de obras se encuentran en las provincias montañosas de Guizhou, Yunnan y Sichuan, donde el terreno y las formaciones rocosas complican la construcción de túneles tradicionales. Una vez que se completa la obra, trayectos que antes tomaban horas ahora se realizan en cuestión de minutos. Este proceso no solo se utiliza para autopistas, sino también para la construcción de líneas de trenes de alta velocidad, como la que conecta Pekín con Guangzhou.

La decisión de utilizar un método que corta las montañas en lugar de perforar un túnel viene marcada por criterios técnicos y económicos específicos. Por ejemplo, en terrenos con alta concentración de agua subterránea o con formaciones de rocas inestables, puede ser más caro y arriesgado construir túneles que simplemente hacer un corte directo sobre la montaña.

Este método también hace que el mantenimiento de la vía sea más económico en relación con un túnel, ya que no necesita sistemas constantes de ventilación, iluminación o drenaje. Además, si se aplica en montañas de poca altura, permite un mayor tránsito de vehículos pesados, algo esencial para el transporte de mercancías.

Una técnica impactante no exclusiva de China

Es importante destacar que, a pesar de que China ha logrado perfeccionar y popularizar la técnica, no es el único país que la utiliza. Noruega y Estados Unidos, por ejemplo, también la emplean, aunque es el país asiático el que la ha implementado a mayor escala.

Esta técnica tiene beneficios claros, como mejorar el desarrollo económico al conectar regiones remotas. Sin embargo, también existen múltiples conversaciones en torno al impacto ambiental que genera. Al ser un método tan agresivo, puede destruir ecosistemas locales, cambiar los patrones de drenaje natural o incluso llegar a fragmentar los hábitats de la fauna silvestre.

Además, la evidente cantidad de polvo y ruido durante su construcción puede derivar en millones de toneladas de residuos, lo que la convierte en una técnica que solo se utiliza en casos muy específicos donde los beneficios superan los considerables inconvenientes ambientales.

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