La genética del consumo del café o ¿por qué no puedo funcionar sin mi taza mañanera?

Investigadores han descubierto seis nuevas variantes genéticas asociadas al consumo del café, totalizando 8 desde los primeros hallazgos que sucedieran en 2011. De acuerdo con ellos, esto ayuda a explicar por qué algunos amantes del café están completamente energizados después de la primera taza, mientras otros necesitan que se inventen despertadores cuya alarma sea un espresso bien cargado.

Lo más interesante del estudio no son las variantes individuales que modulan nuestras respuestas al café, sino el hecho de que confirma lo que los bebedores de café hemos sabido desde siempre: la genética del consumo del café se reduce a... CAFEÍNA.

Marilyn Cornelis, una genetista de la universidad de Harvard y coautora del estudio publicado en Molecular Pshychiatry dice:

Los investigadores y la mayor parte del público en general pueden relacionarse con las diferencias individuales en el gusto, y los efectos que sienten de acuerdo con la cantidad de café que consumen durante el día.

Pero relacionar variables genéticas específicas - áreas del código genético que varían persona a persona - no siempre es posible, así que fue realmente difícil determinar si la cafeína era o no el factor más importante en los hábitos de consumo de café.

Ahora que los hombres de ciencia pueden descifrar los componentes genéticos de las conductas, estamos mucho más cerca de saber por qué el café nos afecta de la manera que lo hace.

En el estudio Cornelis y su equipo examinaron 2.5 millones de variantes genéticas de más de 120,000 hombres y mujeres que después relacionaron con los hábitos de consumo de café de los participantes, y este análisis permitió establecer el rol central de la cafeína, pues las variantes que encontraron estaban casi todas relacionadas con este estimulante.

Por ejemplo, dos genes llamados POR y ABCG2 tenían un rol destacado en el metabolismo de la cafeína, mientras otros dos parece que influyen en el efecto de "recompensa" que otorga la cafeína a quien la consume.

Sin embargo, estos hallazgos no fueron universales, porque el consumo del café es todo menos uniforme. Los americanos, europeos y australianos mostraron patrones genéticos similares, pero cuando se investigó personas de Pakistán, no pudieron replicar sus hallazgos.

Solo 3% (de la muestra de Pakistán) dijo consumir café, por lo tanto es difícil relacionar comportamientos con variantes específicas, Cornelis dice que esperaría ver los mismos retos para otras naciones que no consumen café.

Solo 3% de la muestra de Pakistán dijo consumir café

Lo más probable es que este estudio no modifique los hábitos de consumo de café, pero eso no quiere decir que sea inútil, ya que eventualmente, de acuerdo con Cornelis, estos resultados ayudarán a médicos y nutriólogos crear guías individualizadas del consumo de cafeína, que permitan establecer los niveles óptimos para la salud humana.

Recordemos que hay muchos mitos alrededor del café y que algunos lo consideran un mal hábito, aún cuando se ha demostrado que incide en la disminución de riesgo de contraer diabetes tipo 2, cáncer de páncreas, y cáncer bucal. Lo cierto es que al menos a mí, que no me saquen de casa sin al menos una buena taza de café recién hecho y con un poquito de leche.

Más información | Molecular Psychiatry

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