Cuando hablamos de Navidad, muchos recordamos la gran cena. Para algunos es arrullar al Niño Dios a media noche; otros solo piensan en los regalos; algunos más, en las piñatas y el ponche de las posadas; y otros, en las cenas de fin de año y fiestas. Aun así, para muchos, lo más característico es la flor de Nochebuena.
Para quien no sepa de lo que se habla, nos referimos a esa enorme flor que se vende en temporada decembrina, de color rojo con centro amarillo y con hojas verdes debajo. El Gobierno de México la describe como una planta decorativa, destacando cómo se ha convertido en un símbolo inconfundible de la temporada navideña, pero ¿sabías que existe la creencia de que es tóxica?
Qué es la flor de nochebuena
La flor de Nochebuena es considerada el símbolo de la Navidad. Es nativa de México, sobre todo de la ciudad de Taxco, Guerrero. Su nombre científico es Euphorbia pulcherrima, conocida comúnmente como flor de Navidad. Algo interesante es que ocupa el cuarto lugar a nivel mundial en superficie cultivada, con 248 hectáreas dedicadas a la Nochebuena, la gran mayoría en invernaderos.
Se dice que en la época prehispánica, los antiguos mexicanos la llamaban cuetlaxóchitl, del náhuatl, vocablo que proviene de la unión de dos palabras: “cuetlaxtli”, que significa cuero, y “xóchitl”, que significa flor, por lo que se le conoce como “la reina de las flores”. Para los aztecas, su color rojo simbolizaba la sangre de los sacrificios que ofrendaban al sol para renovar sus fuerzas.
A nivel medicinal, se ha utilizado para aliviar afecciones respiratorias, como anginas o tos; las paperas; y afecciones del corazón y la rabia. En la Ciudad de México, Puebla y Sonora, su aplicación es por vía oral o externa para aumentar o promover la secreción de leche. Entonces, ¿es tóxica o no?
Es peligrosa o no la flor de nochebuena
Como ya dijimos, es la flor típica de la Navidad, pero en los últimos años se ha popularizado la creencia de que es tóxica para perros y gatos. Aunque en parte es verdad, no deberías tirar todas tus nochebuenas, ya que tus mascotas no sufrirán una intoxicación grave al comerla o simplemente olerla.
La razón detrás de esta creencia, de acuerdo con la UNAM, proviene de un libro llamado Las flores venenosas de Hawái, de 1944. En él, el autor cuenta que "le contaron" sobre un niño de 2 años que murió después de comer una hoja de nochebuena en 1919, aunque a la fecha no hay un registro claro de esto, más allá de los "dimes y diretes" de este libro.
La realidad es que sí tiene varios efectos contraproducentes. Uno de ellos se debe a que contiene látex mezclado con algunos químicos, como esteroles y terpenos, pero ninguno es realmente venenoso. Eso sí, las pieles sensibles se irritan si rozas la flor y luego te expones al sol, aunque en parte se debe a la combinación de estas sustancias con los rayos UV.
También existe evidencia, como la de Medline, en la que se menciona que si un niño come esta planta, lo máximo que pasaría es una intensa diarrea, en el peor de los casos, aunque nuevamente esto se debe al látex de la misma planta. Esto se complementa con un estudio de la Universidad de Ohio, en el que se experimentó con ratas y llegaron a la conclusión de que un niño requeriría comer más de 500 hojas para intoxicarse de gravedad.
En el caso de las mascotas, Purina afirma que la Euphorbia pulcherrima sí puede resultar tóxica para los felinos y también para los perros. Al igual que en el caso de los niños, esta toxicidad es muy leve y tus mascotas podrían presentar babeo, vómito, diarrea o irritación de la piel. Nuevamente, no es mortal, pero, en cantidades excesivas, sí se requiere la intervención de un veterinario.
Dicho esto, no te estreses por estas plantas, pero sí busca la manera de que a tus mascotas o niños no les dé curiosidad; quizá colocarlas en un lugar alto sea más que suficiente. Y si tienes la duda de si la ingirieron, puedes visitar a tu médico pediatra o a tu veterinario, según sea el caso.
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