Motorola Edge, lo hemos probado: cuando las curvas son tu mayor atractivo, pero también tu mayor debilidad

Les voy a soltar un spoiler antes de empezar: estamos ante el Motorola más bonito en años. Y ojo, esto es bueno y malo ¿por qué? Porque le da muchos puntos a favor al decirnos que Motorola finalmente decidió apostar por un buen diseño. Sin embargo, esa apuesta por el diseño hace que también nos enfrentemos a un descuido en la funcionalidad y experiencia de uso.

¿A qué me refiero? Los invito a que en las siguientes líneas lean mi análisis con el Motorola Edge, el nuevo dispositivo que significa el regreso triunfal de Motorola a la gama alta. Un regreso más que merecido, y esperado, que nos deja un buen sabor de boca porque nos hace vislumbrar un gran futuro para la marca.

Hasta este punto ya conocíamos sus especificaciones, Toño hizo el unboxing y hasta las primeras impresiones, pero ahora es momento de explicar cómo es el día a día con el nuevo Motorola Edge en México.

Motorola Edge, experiencia de uso en video

Un vistazo a…
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Especificaciones técnicas del Motorola Edge

Como suele ser habitual, antes de meternos en materia demos un repaso a las especificaciones del Motorola Edge, en este caso de la unidad que tuvimos en nuestras manos.

Motorola Edge (XT-2063-3)

Pantalla

Endless Edge OLED de 6.7 pulgadas FullHD+ (2,340 x 1,080 pixeles) con curva de 90° envolvente a los laterales, tasa de refresco de 90 Hz relación de aspecto 21:9

Procesador

Qualcomm Snapdragon 765

Memoria RAM

6 GB

Almacenamiento

128 GB expandible con microSD

Sistema Operativo

Android 10 con My UX de Motorola

Cámaras traseras

Principal: 64 mpx f/1.8
Gran angular de 117 grados + macro: 16 mpx f/2.2
Telefoto: 8 mpx f/2.4 con zoom óptico 2x
Sensor Time of Flight para profundidad

Cámara Frontal

25 mpx f/2.0

Batería

4,500 mAh con carga rápida de 18W

Dimensiones y peso

161.64 x 71.1 x 9.29 mm y 188 gramos

Conectividad

USB-C, 5G NR Sub-6GHz, 4G LTE, Bluetooth 5.1, NFC, WiFi 6 y GPS

Otros

Lector de huellas en pantalla, jack de 3.5 mm y bocinas estéreo

Precio

15,999 pesos

El que sea bonito no significa que sea perfecto

Como mencionaba, el Motorola Edge es muy bonito, atrae las miradas no sólo por su pantalla y curvas, de las que hablaremos más adelante, sino también por su acabado y aspecto que lo hacen sumamente elegante y atractivo.

El Motorola Edge es grande y alargado debido a que su relación de aspecto raya en los 21:9, por lo que el dispositivo se reduce a lo ancho pero no a lo largo. Esto no es un problema, a menos que tengas manos pequeñas, que en cuyo caso casi siempre deberás usar ambas manos para operarlo en plenitud.

La curvatura de 90 grados en la pantalla hacia los laterales hace que el diseño tenga una especie de continuidad hacia la parte trasera, lo cual hace que parezca una sola pieza cuando no lo es. En el frontal se luce la pantalla en todo su esplendor, con un leve marco superior e inferior, así como una perforación en la esquina superior izquierda para la cámara frontal.

En la trasera tenemos el modulo de la cámara, con cuatro orificios acompañados de un flash LED en la esquina superior izquierda. Dicho módulo no sobresale mucho del diseño y es casi imperceptible. El resto de la trasera se complementa con el logo de Motorola arriba de la mitad sobre el centro del dispositivo.

Motorola resolvió muy bien el tener los laterales para darles protagonismo y no tener elementos que estorbaran. El lateral izquierdo está limpio, pero en el derecho nos encontramos con el botón de bloqueo/encendido un poco por encima de la mitad del dispositivo. Este botón tiene un acabado especial que nos hará encontrarlo fácilmente con el dedo. Por otro lado, encima tenemos un botón alargado para el volumen, el cual no tiene el mismo acabado y que debido a su ubicación es casi imposible alcanzarlo con una sola mano.

En la parte superior sólo tenemos la bandeja para la nanoSIM/microSD, así como un orificio para cancelar el ruido durante las llamadas. En la parte inferior tenemos un jack de 3.5 mm para audífonos, lo que lo hace el único gama alta actual con uno, así como el puerto USB-C, orificio del micrófono y altavoz.

El Motorola Edge es ligero pero grueso, y su mayor problema son los materiales de fabricación. Y es que la trasera es de policarbonato propensa a los rayones a las huellas y es algo resbaladiza. La buena noticia es que Motorola incluyó en la caja una funda de silicón para protegerlo, la cual no afecta demasiado el bonito diseño del dispositivo y le queda perfecta, además de que ayuda a que no se resbale de nuestras manos.

Ya que estamos hablando de la parte trasera, también hay que señalar ese acabado en color morado-rojizo que cambia de color dependiendo de cómo le apunte la luz. Este acabado luce muy bien y hace un juego perfecto con el frontal negro y casi impoluto.

Aquí también hay que mencionar que el Motorola Edge tiene sonido estéreo, esto gracias a una bocina inferior y la otra sobre la pantalla, dentro del marco superior. El sonido es bueno a secas, se escucha bien a un volumen medio, pero a frecuencias altas habrá saturación y exceso de vibración. Sin embargo, es buen smartphone para escuchar música o podcasts.

Lo que te da tener curvas, las curvas te lo quitan

Y sí, llegamos a la pantalla. Motorola hizo un gran trabajo con la calibración del Edge, ya que veremos cómo enfatiza los colores pero no los satura, en general se ofrece un maravilloso equilibrio entre negros y sombras, con azules y rojos sumamente brillantes y vivos. La experiencia de ver videos en la pantalla del Motorola Edge es una gozada, con todas sus letras.

Como ya vimos en las especificaciones, tenemos un panel OLED de 6.7 pulgadas con resolución de 2,340 x 1,080 pixeles, una tasa de refresco de 90 Hz y soporte HDR10. Un punto a favor es que la tasa de refresco de se puede dejar fijo en 90 o 60 Hz, o en automático, para el dispositivo lo actualice de forma dinámica de acuerdo al contenido en pantalla.

Cabe señalar que los 90 Hz lucen muy bien en la pantalla del Motorola Edge, el contenido se ve fluido y es una maravilla para los ojos, sobre todo cuando estamos leyendo o viendo redes sociales, donde el desplazamiento de arriba hacia abajo es algo común.

El Edge presume de una relación de pantalla-frontal del 95.9%, que hubiera sido más si no fuera por la perforación para la cámara frontal. Y aquí ayudan mucho las curvas, que hacen que la pantalla envuelva el dispositivo hacia los laterales, algo que es realmente atractivo a la vista y es uno de los puntos fuertes del dispositivo.

Pero el que sea bonito no significa que sea funcional, la curvatura de 90 grados nos deja cortes en el contenido, sobre todo en texto, y no sólo en los laterales, también en la parte superior e inferior. La curvatura también hace que tengamos sombras molestas en ciertos ángulos, además de destellos que afectan la experiencia de visibilidad.

Lo peor es que las curvas no ofrecen una ventaja sobresaliente en la experiencia de uso, salvo por un botón que nos permite cambiar el contenido de pantalla, hacer scroll, desplegar las notificaciones o abrir la caja de aplicaciones desde la parte inferior. También nos abre una especie de accesos rápidos, personalizables, pero nada más. Además, este botón virtual sólo se puede poner en una curva a la vez, no en ambas al mismo tiempo.

Es decir, las curvas lucen espectaculares, pero son muy poco útiles. Por este motivo se quedan más como un elemento estético que uno funcional que aporte valor a la experiencia de uso. Y es que las curvas, por ejemplo, nos mostrarán una luz de notificaciones cuando el dispositivo está boca abajo, pero no hacia arriba por alguna extraña razón, y también veremos una animación muy bonita cuando lo cargamos, pero de ahí en fuera es todo.

También hay que señalar que las curvas pueden servir para colocar un par de gatillos en algunos juegos, que además de ser configurables, hacen que podamos sustituir los botones en pantalla. La idea es buena, pero su funcionamiento es errático y no siempre muy acertado, así que esto queda a consideración de usuario.

Un punto que también hay que señalar en este apartado es el del sensor de huellas en pantalla, cuyo funcionamiento también es muy irregular, y es que al ser un lector óptico necesita iluminación para "leer" nuestra huella. Por tal motivo, veremos que la animación de desbloqueo al poner el dedo en pantalla usa todo el brillo, algo molesto en ambientes oscuros.

En mi experiencia tuve muchos problemas con el sensor, había días muy buenos, pero había momentos en los que simplemente no quería reconocer mi huella. Otro detalle es que el desbloqueo no es inmediato, tarda más de un segundo, que en la práctica se hace eterno. Lo peor es que la otra opción es el desbloqueo facial, pero al tratarse de un sistema de dos dimensiones representa un riesgo de seguridad, esto sin mencionar que tampoco es más rápido que el lector de huellas.

Una bala en rendimiento

El Motorola Edge cuenta con un Snapdragon 765 en un su interior, que se ha convertido en el caballo de batalla de Qualcomm para esta generación, ya que ofrece un rendimiento sobresaliente sin tener que invertir por un 865. Y en el Motorola Edge veremos lo bien que funciona, es una maravilla tener un procesador de este tipo y tan bien optimizado que prácticamente no tendremos retrasos al usarlo y exigirle.

Hay que mencionar que el Edge no es un dispositivo centrado en gaming, y aunque Motorola haya añadido elementos para aprovechar ciertos juegos, la realidad es que el dispositivo sufre en los más exigentes, por lo que más bien es un smartphone para juegos casuales.

Por esta razón, veremos como en los bechmarks centrados en juegos aparece un poco por debajo de la competencia, pero en pruebas como en Geekbench, AnTuTu y PCMark aparece con notas sobresalientes que lo colocan como lo mejor de la generación en cuanto a rendimiento.

Bendito Android puro... y con apps de Google

No sería posible tener un buen rendimiento sino fuera también por el software, y aquí es un apartado que Motorola tiene bien dominado. En el Edge nos encontramos con Android 10 casi en una versión pura, ya que Motorola añadió su capa nada incisiva My UX, la cual suma pequeños elementos que buscan aportar valor a la experiencia de uso.

Para quienes hayan usado un Motorola en los últimos años saben a lo que me refiero, tenemos el movimiento de muñeca para activar la cámara, así como otros gestos que activan ya sea la linterna u otros elementos. También tenemos la pantalla 'always on' con iconos que nos permiten dar un vistazo a nuestras notificaciones sin tener que desbloquear el dispositivo, entre otras.

En este caso del Edge, Motorola añadió nuevas funciones, o Moto Actions, para aprovechar las curvas en la pantalla. Es así como veremos iluminación especial para notificaciones y carga, así como la barra que les comentaba que sirve para activar accesos directos y ayudar con la navegación. En mi caso, esta barra estorba más que otra cosa, ya que es muy irregular y está propensa a tener toques accidentales.

Otra novedad es Moto Gametime, una función que se habilita en los juegos y que nos sirve para mapear botones, activar los gatillos sobre las curvas, personalizar notificaciones, entre otras cosas.

Asimismo, dentro de la configuración de la pantalla, Motorola nos da la opción de poder ajustar el contenido que vemos en pantalla, ya sea que se vea a todo lo ancho, usando las curvas y deformando algunos elementos o bien, centrado sin desplegarse en las curvas. En mi experiencia, tras descubrirlo, lo active para que se mostrara el contenido sin usar las curvas y de ahí no lo volví a mover.

En resumen, la mejor experiencia de Android, fuera de los Pixel, la ofrece Motorola, que además nos da un buen margen de personalización y nos va guiando con consejos y tutoriales para exprimamos con todo las características del Motorola Edge.

Una batería lista para días intensos

Cuando Motorola dijo que el Edge sería capaz de tener hasta dos días de autonomía fue algo escéptico, pero en la práctica la batería del Edge es una maravilla. Sus 4,500 mAh se unen a la buena optimización del software y aprovechan la potencia del procesador para tener una batería lista para los más activos y una gran autonomía para los más mesurados.

En mi experiencia, bajo un uso intenso de videos, música, redes sociales, correos electrónicos y fotos ocasionales, el Edge me duro casi dos días, contemplando aquí un promedio de nueve horas de pantalla con la tasa de 90 Hz activada. Pero si somos usuarios intermedios, fácilmente veremos como esta cifra se va más allá de las 48 horas de autonomía. Algo que sin duda se agradece.

Por ejemplo, hubo días en los que terminé con el 65% de batería, algo extraño de ver en estos días en donde estamos acostumbrados a tener el cargador o una batería externa con nosotros.

Por otro lado tenemos la carga rápida de Motorola, que no es la mejor del mercado pero es mejor que no tenerla. Es de 18W y el cargador se incluye en la caja, sin embargo los tiempos de carga son prolongados y es algo que tendremos que aceptar. En mi caso, pasar del 5 al 100% me representó casi dos horas de espera, y unos 55 minutos para llegar al 50%. Es decir, si esperamos tener esas cifras de infarto de otros fabricantes, aquí no las encontraremos.

Cámaras que cumplen

Si buscamos redondear la experiencia del Motorola Edge, las cámaras son el cierre final, ya que son buenas, a secas, cumplen para la mayoría de los usuarios pero están lejos de ser perfectas. No importa que Motorola haya metido cuatro sensores si estos funcionan bien sólo en buenas condiciones, si les exigimos en escenas mixtas veremos resultados no óptimos para un dispositivo de 16 mil pesos.

A esto le podemos sumar el uso de la aplicación de cámara, que le caería bien un lavado de cara para ofrecer más opciones que puedan aprovechar las cámaras y sus funciones. La app respeta el último modo usado, lo cual es bueno, pero la mayoría de las opciones están metidas en ese menú múltiple, donde tendremos que buscar aquella que necesitemos en ese momento. Lo peor es que no podemos personalizarlo, para que, por ejemplo, podamos poner un acceso directo al modo que más usemos.

Tras sacar varias fotos, nos daremos cuenta que las cámaras del Motorola Edge ofrecen buenos resultados, no excelentes, en condiciones óptimas de iluminación. Pero esto a grandes rasgos, ya que si vemos los detalles de estas fotos veremos un exceso de procesado que arruina todas las tomas. Por fortuna parece ser un tema de software y no de los sensores en sí, por lo que podría ser solucionado en una futura actualización.

Aquí cabe mencionar lo que siempre hemos repetido: más megapixeles no se traduce en mejores fotos. No, y aquí en el Edge lo veremos con su sensor principal de 64 megapixeles, el cual tiene un modo dedicado para sacar fotos con esta resolución, que en teoría nos servirían para hacer recortes de algunas secciones y tenerlas con mayor definición. Pero no, cuando sacamos fotos a 64 megapixeles veremos un exceso de procesado y la idea de ver detalles se desvanece.

Foto a 64 mpx con recorte a 100%. Como vemos, los arboles parecen pintados al óleo.

Lo mismo ocurre con el HDR, cuando hace bien su trabajo es una maravilla, tendremos tomas para enmarcar, con colores vivos y una exposición casi perfecta. Pero cuando decide no hacer su trabajo, tendremos sombras más oscuras, ruido, y colores apagados. Y ojo, que aquí estamos hablando de HDR activado en todo momento, porque si lo ponemos en automático los problemas son más que evidentes.

Foto HDR con el sensor principal donde con buenas condiciones conseguimos buenas imágenes.
Esta foto tenía el HDR activado y aún así quemó el cielo.

Pasando al tema del sensor ToF ocurre casi lo mismo que con el HDR, funciona bien una vez sí y una vez no. Y es que tenemos que estar sumamente fijos para que el sensor haga su trabajo, si queremos hacerlo rápido y tener una toma inmediata los resultados no serán los que buscamos.

Izq. Modo retrato con buena iluminación. Der. Modo retrato casi a contraluz.
El modo retrato no siempre funciona como queremos y el ToF a veces es inestable.

En cuanto al modo noche, nos encontramos con una grata sorpresa, ya que aunque parece que sólo aumenta exposición, los objetos que tienen mejor iluminación son aquellos donde veremos mejores resultados y definición.

Modo noche a prueba con velas color rojo y verde, que a pesar de todo, dieron buenos resultados y no afectaron mucho el color general de la toma.

Eso sí, hay que admirar la decisión de meter el macro en el mismo sensor que tiene gran angular, ya que los resultados son maravillosos, y así nos evitamos la necesidad de tener un sensor dedicado sólo para macro, que también no es que sea el modo más popular.

El macro cumple y hace un buen trabajo.

Lo que es inadmisible es que en un smartphones de 16 mil pesos sólo tengamos un zoom óptico de 2x y digital de 10x, y lo peor, que cuando estamos grabando video no podemos intercambiar entre sensores, aquí tendremos que dejar de grabar para elegir ya sea el sensor principal, el gran angular o el telefoto. También cabe señalar que si grabamos en 4K sólo podremos hacerlo a 30 fps, ya que los 60 fps son sólo para los 1080p.

Foto con zoom 10x. Para evitarlo a toda costa.

Por último tenemos la cámara frontal de 25 megapixeles, la cual hace lo mismo que el sensor principal de 64 megapixeles, usa tecnología quad pixel para sacar una foto de seis megapixeles con mayor iluminación, y cumple. Tenemos la opción de sacar fotos a 25 megapixeles, pero aquí tendremos el mismo problema del procesado además de fotos más pesadas.

Ver galería completa » Fotos con el Motorola Edge (38 fotos)

En resumen, los resultados son buenos, pero no como se le exigiría a un gama alta. Motorola tiene trabajo por hacer aquí, ya que la variación en la exposición y el rango dinámico entre las tomas estándar, gran angular y zoom 2x es considerable. Pero lo peor es tratar de predecir cuando saldrá una buena foto, por que su comportamiento es errático, ya que en ciertas circunstancias tendremos tomas fantásticas, pero en otras parece que usamos una cámara completamente distinta.

La opinión de Xataka México

La conclusión es la misma con la que empece este análisis: estamos ante el Motorola más bonito en años. Y es que el diseño del Motorola Edge es destacable, la pantalla luce en todo su esplendor tanto por diseño como por calibración. Su rendimiento es sobresaliente al igual que su batería, y su sistema operativo con sus opciones de personalización lo convierten en el mejor smartphone que ha hecho Motorola en los últimos años.

Sin embargo, el Edge aún cojea de factores como las cámaras y de su mayor atributo: las curvas. Si me preguntan, el Edge sería una bomba si hubiera un modelo sin curvas, ya que incluso bajaría su precio y se colocaría como el rival a vencer. Lamentablemente no es así, y las curvas son su peor penitencia. Sí, lucen increíbles y son muy bonitas, pero nada más, no aportan nada de valor a la experiencia de uso y se quedan como algo estético.

El Motorola Edge no es perfecto. Pero esto no es malo, al contrario, Motorola tiene margen de maniobra en este diseño y probablemente veamos un Edge 2 donde se solucionen algunos de sus problemas y así tengamos un mejor dispositivo. La realidad es que por 16 mil pesos el Motorola Edge es un gran candidato a lo mejor del año en este rango, ya que estamos ante un gama alta en toda regla por un precio por debajo de los 20 mil pesos, que es el nuevo estándar de este segmento.

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