Ayer una gran filtración nos dejó conocer el que sería el diseño de los Galaxy S10, S10 Lite y S10 Plus, los próximos dispositivos insignia de Samsung. Hoy otra fuga de información hace lo propio con los P30 y P30 Pro, los próximos dragones chinos de Huawei.
Huawei daría otro gran salto
Este año Huawei fue el fabricante que inauguró la tendencia de tres cámaras traseras con el P20 Pro, con resultados muy bien logrados, y recibidos por el público. Entonces, quizás para 2019 la compañía china de otro gran salto y se suba al carro de las cuatro cámaras traseras, como Samsung ha hecho en su Galaxy A9 (2018)) -y se espera que continúe en el Galaxy S10 Plus.
Si tenemos en cuenta que la propia compañía ha dicho que tiene planes de implementar cuatro sensores traseros, es muy probable que en realidad así suceda. Sin embargo, renders filtrados (mismos que ilustran la portada) contrastan con esta información y muestran un arreglo fotográfico muy similar al visto en el P20 Pro, eso sí, acompañado de un nuevo flash.
Por otro lado, fotografías de fundas supuestamente pertenecientes al Huawei P30 Pro se han filtrado y comparan el tamaño del futuro dispositivo con su antecesor, revelando una diferencia notable. Esto se podría interpretar como que la próxima insignia de Huawei crecerá la diagonal de su pantalla, ¿hasta qué medida? Ese detalle es desconocido por ahora.
Más imágenes muestran que el P30 Pro heredaría el notch con forma de gota del Mate 20, así como el sensor de huellas bajo la pantalla del Mate 20 Pro. Estos son detalles son especulaciones, ya que no hay información oficial, pero teniendo en cuenta que es tecnología ya vista no resultaría extraño.
Otras especificaciones, aparte del procesador que seguramente será el Kirin 980, son desconocidas por ahora. Respecto a la presentación tampoco se tiene información, pero se dice que sería al final del primer trimestre o inicios del segundo, de 2019, muy acorde con presentaciones previas.
Muchas dudas por ahora, pero lo cierto es que Huawei elevó mucho la barra este año y no puede dormirse en sus laureles. Tiene la obligación de mejorar la calidad de sus productos y plantar cara a otras marcas, mismas que han comenzado a preocuparse por la creciente influencia del fabricante chino.
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