Mientras estudiaban la maestría, Roberto Alvarado y Adrián Ramírez comenzaron un proyecto por el que los tildaron de soñadores, pero que poco a poco y a través de un arduo trabajo, se convirtió en realidad, su proyecto consiste en elaborar armazones para anteojos con PET de reciclaje, ellos han creado Grupo ICH, desde que el proyecto comenzó a incubarse han ganado varios reconocimientos, el primero por parte de Laureate International Universities asociación de universidades a la que pertenece UNITEC, y que los galardonó con el Premio Global al Emprendimiento James McGuire 2015.
Ahora Grupo ICH vuelve a ser noticia, pues su proyecto será acelerado por la Universidad de Oxford con miras a participar en un concurso internacional a mediados de este 2016 en la ciudad de Nueva York. Una de las características más importantes de este proyecto es que forma parte de la nueva corriente del emprendimiento social, cuya principal función es satisfacer las necesidades de grupos vulnerables, en el caso particular de Grupo ICH, se ha detectado que hay más de 48 millones de personas que necesitan lentes para ver mejor y de ellas un alto porcentaje no pueden costearlos.
¿Qué hace Grupo ICH?
Al fabricar armazones con PET reciclado, la empresa tiene una vocación ecológica, solamente en México se reciclaron en el año 2014, más de 400 mil toneladas de PET, logrando darle un 60% de uso post-consumo. Esto quiere decir que para fabricar sus armazones, los emprendedores de Grupo ICH cuentan con suficiente materia prima. Además México está posicionado, de acuerdo con el informe de ECOCE como el país líder en América Latina en Reciclaje de PET.
Grupo ICH es la única empresa mexicana dedicada a la producción de armazones oftálmicos, además tienen una vocación de empresa socialmente responsable, ya que el 5% de sus ganancias serán destinadas a dotar a la gente que no puede costearlos, de unos lentes que le harán la vida más fácil.
Recientemente, Grupo ICH en conjunto con ESSILOR, hicieron entrega de 2500 lentes a personas de escasos recursos que lo requerían. De esta manera, Roberto y Adrián nos demuestran que vale la pena tener un sueño y luchar por hacerlo realidad, ya que gracias a sus armazones ecológicos, miles de personas podrán disfrutar del mundo viéndolo claramente por primera vez.
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