Obed Nares
Editor JrMe apasionan las palabras, la creatividad, el entretenimiento, la tecnología y la innovación. Soy mexicano, periodista, escritor, artista y disque filósofo.
Las lluvias históricas que azotaron la Ciudad de México durante junio de 2025 no solo dejaron inundaciones y caos en la movilidad: también impactaron de lleno a empresas como Coca-Cola FEMSA, que reportó una caída del 10% en su volumen de ventas en México durante el segundo trimestre.
Según un reporte de El Financiero, el CEO de la compañía, Ian M. Craig García, explicó que este retroceso estuvo ligado a un junio con temperaturas tres grados más bajas que en 2024 y con hasta cinco veces más lluvia. Tan solo una tormenta descargó 84 milímetros en el Centro Histórico, rompiendo récords en más de cinco décadas.
El resultado fue que los consumidores redujeron sus salidas y con ello se desplomó la venta de bebidas que suelen adquirirse fuera de casa, como los vinos espumosos. “Es una categoría que se destina principalmente al consumo en movimiento, comidas fuera y tráfico. Ahí vimos el golpe más fuerte”, detalló el directivo.
Inundaciones, Metro paralizado y un aeropuerto cerrado: el contexto detrás de la caída
El impacto no se limitó al consumo de refrescos. Según Cadena Política, las lluvias récord provocaron inundaciones masivas, la suspensión de vuelos en el Aeropuerto Internacional de la CDMX y parálisis en varios tramos del Metro. En ese escenario, salir a comprar un refresco o reunirse con amigos en un restaurante se convirtió en una tarea prácticamente imposible.
De acuerdo con la Comisión Nacional de Seguros y Fianzas, las indemnizaciones por fenómenos hidrometeorológicos han crecido más de 35% en la última década, lo que refleja un entorno cada vez más complicado para la operación de negocios que dependen de la movilidad. Coca-Cola FEMSA se convirtió en el ejemplo más claro de cómo un evento climático puede modificar los hábitos de consumo y golpear directamente los ingresos de una compañía global.
Lo que dice la ciencia: lluvias cada vez más intensas y frecuentes en CDMX
El panorama que enfrentó Coca-Cola no es un accidente aislado. Según la UNAM, la tromba del 2 de junio descargó más de 10 millones de metros cúbicos de agua en cuestión de horas, suficiente para llenar una presa como la Madín. El evento dejó más de 600 viviendas afectadas y la suspensión del servicio en la Línea A del Metro.
Investigadores universitarios advierten que la urbanización acelerada y la pérdida de áreas verdes han intensificado estos fenómenos. El efecto “isla de calor” eleva la temperatura de la ciudad hasta 10°C respecto a zonas rurales, lo que altera los patrones de lluvia. Para 2050, se estima que la capital mexicana se calentará dos grados más que el promedio global, incrementando la probabilidad de lluvias torrenciales y otros eventos extremos.
La UNAM también señala que este tipo de lluvias expone los límites de la infraestructura urbana. Por eso impulsa estrategias como mapas de riesgo, zonas de desarrollo controlado y proyectos de infraestructura verde (parques, jardines de infiltración y bosques urbanos) para mitigar inundaciones y fortalecer la resiliencia.
El otro lado de la moneda: Cemex, menos afectada gracias a un inicio de temporada más suave
Mientras Coca-Cola FEMSA sufría por las lluvias históricas, Cemex reportó un escenario diferente. Según El Financiero, la cementera logró un desempeño más favorable en julio gracias a que la temporada de huracanes inició con menor intensidad que en 2024, lo que permitió un ligero crecimiento en su producción.
El CEO de la compañía, Jaime Muguiro Domínguez, destacó que el retraso en los huracanes ayudó a mantener volúmenes estables y abrió la puerta a un crecimiento del 1% en el segundo semestre. A largo plazo, Cemex busca blindarse contra el cambio climático con su programa Futuro en Acción, que apunta a alcanzar cero emisiones netas de CO₂ en 2050 y promueve cementos de bajo carbono.
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