La industria de semiconductores vive una tormenta perfecta. La demanda de memoria para teléfonos, computadoras y centros de datos de inteligencia artificial ha disparado los precios de DRAM, NAND Flash y HBM, mientras la oferta se mantiene limitada. Según DigiTimes, Samsung confirmó que inició una investigación interna en su sede de Taiwán tras detectar irregularidades en pedidos de memoria, con empleados acusados de aceptar sobornos para favorecer a ciertos distribuidores.
El desequilibrio entre oferta y demanda ha generado un mercado caótico, donde incluso grandes empresas con recursos económicos enfrentan dificultades para acceder a inventario. Este escenario habría incentivado prácticas ilegales: algunos trabajadores de Samsung habrían recibido pagos extra para asegurar entregas prioritarias, un esquema que, de acuerdo con la información declarada, involucra a países como Singapur y China.
Cuando la escasez aprieta, hasta la memoria se vende bajo la mesa
Los reportes señalan que los sobornos consistían en reembolsos y pagos ocultos a empleados vinculados con la gestión de pedidos. A cambio, los distribuidores obtenían acceso preferencial a lotes de memoria en medio de la crisis. Samsung considera estas acciones una infracción grave y ya inició "entrevistas internas", aunque se negó a dar más detalles o comentarios públicos sobre el caso.
Según DigiTimes, la compañía planea sancionar a los responsables y reforzar sus mecanismos de control. Sin embargo, la investigación se mantiene bajo estricta confidencialidad, con cambios discretos en la alta dirección de negocios y marketing para evitar un mayor daño reputacional.
Pero, cuando miramos el contexto, se explica mucho: los precios de la memoria han subido hasta un 60% en algunos módulos, y la escasez ha convertido cada pedido en una oportunidad millonaria. Con esos márgenes de ganancia extraordinarios, algunos empleados asumieron riesgos y participaron en actividades ilegales. La presión del mercado, sumada a la incapacidad de muchas empresas para acceder a productos, creó un terreno fértil para la corrupción.
Según DigiTimes, Samsung incluso se reunió con grandes distribuidores para discutir la situación, reconociendo que los reembolsos y sobornos representan una amenaza seria para la integridad de la cadena de suministro.
Lo que viene para el mercado global de memoria
El escándalo llega en un momento crítico. Según analistas, la crisis de memoria podría extenderse hasta 2027 o incluso 2028, con precios en constante aumento. Esto afectará directamente a dispositivos de gama baja, que dependen de costos más bajos. El Galaxy A16 5G, el Android más vendido en 2025, podría perder terreno si los precios de memoria encarecen la producción. En México, donde recientemente los consumidores se inclinaron por la gama alta, los hábitos podrían cambiar nuevamente en 2026.
Más allá del caso puntual, la situación refleja cómo la corrupción y la presión del mercado global impactan tanto a fabricantes como a usuarios. Samsung intenta mantener la confidencialidad y proteger su reputación, pero la crisis de memoria y los sobornos internos muestran que la industria enfrenta un reto estructural que marcará inevitablemente los próximos años.
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