La industria de los smartphones enfrenta un nuevo obstáculo: la falta de memoria RAM y el encarecimiento de los componentes clave impulsados por la demanda de inteligencia artificial. Según los últimos reportes de Counterpoint Research, los envíos globales de teléfonos inteligentes en 2026 se reducirán en un 2.1% respecto al año anterior, mientras que el precio promedio de venta subirá cerca de un 7% anual.
Este fenómeno no solo afecta a los fabricantes, sino también a los consumidores, que deberán pagar más por dispositivos que, en muchos casos, ofrecerán menos especificaciones que sus predecesores. La presión de los costos está obligando a las marcas a replantear sus portafolios, recortar prestaciones y empujar a los usuarios hacia las versiones “Pro” de cada modelo.
Pagar más por menos: el problema detrás de la crisis de memoria
La raíz de esta situación está en la escasez de chips de memoria DRAM, que ahora son absorbidos en grandes volúmenes por los centros de datos de IA. Empresas como OpenAI, liderada por Sam Altman, han incrementado la demanda de estos componentes para entrenar modelos avanzados, dejando menos disponibilidad para la industria móvil.
El resultado es un aumento del 20% al 30% en los costos de materiales para los teléfonos de gama baja, y entre un 10% y 15% en los de gama media y alta, respectivamente. Esto significa que los dispositivos más asequibles serán los más golpeados, reduciendo opciones para quienes buscan un smartphone económico.
La diferencia de precio real será evidente: un teléfono que antes costaba 200 dólares podría superar los 240, mientras que los modelos premium podrían encarecerse hasta 100 dólares más. Sin embargo, el problema no es solo el precio, sino que los fabricantes están optando por reducir especificaciones técnicas para mantener márgenes, lo que se traduce en menos memoria, cámaras más básicas y menor innovación. En otras palabras, los consumidores pagarán más por dispositivos que no necesariamente serán mejores.
Qué dicen las previsiones de Counterpoint para el 2026
El rastreador de envíos de Counterpoint muestra que las marcas chinas como Honor, Oppo y Vivo serán las más afectadas por la crisis, debido a sus márgenes ajustados en la gama baja. En contraste, Apple y Samsung están mejor posicionadas gracias a su escala y diversificación, aunque también se espera que aumenten precios en sus próximos lanzamientos, como el Galaxy S26.
La cuota de mercado global se redistribuirá en 2026, con una caída más pronunciada en los segmentos de entrada y un ligero crecimiento en los modelos premium, impulsado por la estrategia de las marcas de dirigir a los consumidores hacia versiones más caras.
En resumen, la respuesta de los fabricantes frente a la crisis consiste en reutilizar piezas anteriores, recortar características técnicas y apostar por diseños vistosos que no siempre aportan innovaciones reales. Por otro lado, el recurso más recientemente promocionado por las marcas, el “smartphone con inteligencia artificial”, aún no logra convencer del todo.
En consecuencia, esta tendencia termina generando fricción con los consumidores, que cada vez muestran mayor inconformidad al tener que pagar más por dispositivos con menos prestaciones y prefieren acudir al mercado de los reacondicionados, segunda mano y gamas altas de anterior generación.
Lamentablemente, el futuro inmediato de los smartphones parece marcado por precios más altos y prestaciones recortadas. La gran incógnita es hasta qué punto los usuarios aceptarán esta dinámica, especialmente en mercados emergentes como México y América Latina, donde el acceso a dispositivos de calidad a precios razonables sigue siendo un reto.
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