La probabilidad de morir por escombros de un cohete será un problema en los próximos 10 años, y más si vives en CDMX

Los cada vez más frecuentes lanzamientos espaciales están generando reingresos descontrolados de los cuerpos del cohete, lo que crea riesgos innecesarios de muerte para las personas en tierra, en mar y hasta en aviones. Específicamente en algunas zonas pobladas, como la CDMX en el caso de México.

Un informe publicado en la revista Nature Astronomy señala que durante mucho tiempo estos riesgos se han tratado como "insignificantes", cosa que puede cambiar por la cantidad de cuerpos abandonados en órbita que cada vez crece más. Ya que los cuerpos de los lanzamientos anteriores siguen reingresando a la atmósfera, puede dar como resultado que en 10 años, las probabilidades de una o varias víctimas por la caída de piezas de cohetes puede ser del 10%.

La investigación detalla que aunque de momento es una posibilidad muy baja que el fuselaje de algún propulsor impacte contra una persona y cause lesiones o daños, desde ahora se tiene que considerar realizar reingresos controlados para regresar de forma segura los componentes que se quedan flotando en la órbita terrestre baja.

Para poder realizar el análisis, los investigadores utilizaron los datos extrapolados de informes publicados hasta ahora, encontrando que la gran mayoría de las piezas de cohetes tienen mayor probabilidad de aterrizar en el sur del planeta, por lo que las empresas privadas y naciones con actividades espaciales están "exportando riesgos al mundo".

La primera etapa del CZ-3A que lanzó el satélite Fengyun-2G en 2014

Además, como cada vez más países y compañías están llevando cohetes al espacio, es mayor el número de piezas desacopladas en órbita, es decir, más del 60% de estos lanzamientos abandonan algún cuerpo en el espacio, que se puede quedar girando alrededor de la tierra desde días o hasta años.

El riesgo no es al azar

En el documento también señala que aunque es bastante probable que un impacto se dé en regiones deshabitadas también hay "grandes posibilidades" de que estos eventos puedan golpear centros poblados.

Cofia de un CZ-3A lanzado en 2008 con el satélite Fengyun-2E

Para determinar el riesgo de cada región, se usaron los datos de los ángulos de órbita promedios y las estadísticas de población en distintas latitudes, mostrando la curva de probabilidad de que los restos se estrellen en sitios con al menos algún asentamiento humano.

Ya que muchos lanzamientos se dan cerca del ecuador, existe un mayor riesgo para las naciones en desarrollo del hemisferio sur, y en específico los investigadores señalan que ciudades como Yakarta, Dhaka, CDMX, Bogotá y Lagos, tienen al menos tres veces más probabilidades que las de Washington, DC, Nueva York, Beijing y Moscú de que algún resto de cohete reingrese a la Tierra sobre ellas.

Además de la CDMX varias zonas de México tienen riesgo de sufrir la caída descontrolada de un cohete

Además, el documento también apunta a que el riesgo es todavía mayor en las zonas con mayor pobreza, donde los edificios generalmente brindan un menor grado de protección. Incluso, de acuerdo con la NASA, aproximadamente el 80 % de la población mundial vive "sin protección o en estructuras ligeramente protegidas que brindan una protección limitada contra la caída de escombros".

Las formas de combatir el peligro

Por otro lado, el estudio aborda que permitir que los cuerpos de cohete reingresen de forma descontrolada es cada vez más una opción que una limitación tecnológica, aunque esto requiere de motores capaces de volver a encenderse (como los de SpaceX o Blue Origin), con la intención de dirigir las etapas lejos de áreas pobladas y remotas generalmente en el océano.

También detallan que al requerir combustible para el reingreso controlado, implica que los clientes deben incluir propulsores en sus cargas para elevar su órbita, por lo que se requiere cambiar la mentalidad detrás del negocio para reducir la cantidad de escombros.

Los restos de una cofia de un Falcon 9 v1.1 en las Bahamas

Sin embargo, estas medidas representan costos adicionales, por lo que apuntan a la necesidad de regulaciones para que ningún participante salga perdiendo con estos métodos.

Por ejemplo, aquellas naciones cuyas poblaciones están expuestas a un riesgo "desproporcionado" por cuerpos de cohetes no controlados deberían exigir a los principales estados con capacidad espacial el reingreso controlado de los propulsores, así como establecer consecuencias "significativas" por el incumplimiento, reduciendo así el riesgo para todos.

Incluso, el estudio sugiere hacer negociaciones a un nivel de tratado, multilateral ante la Asamblea General de las Naciones Unidas, que aunque podría no ser ratificado por los principales estados con capacidad espacial, sí llamaría la atención sobre el tema y establecería nuevas expectativas de comportamiento, algo que ya se está buscando con el Net Zero Space, para combatir la basura espacial de aquí a 2030 y reducir la amenaza de colisiones en órbita.

Imagen principal: Cofia de un Long March CZ-3C que lanzó la sonda lunar Chang’e 2|Cinaogg

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