Cuando me independicé, nadie me dijo esto acerca de las licuadoras y ahora tengo que comprar otra

Problemas Licuadoras
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Eric Ramirez

Editor

Cuando eres un adulto joven, sobre todo cuando te independizas y dejas el nido en el que creciste con tus papás, comienzan a llegar tus primeros errores como adulto. Entre los más comunes están el quedarte con 500 pesos para la última quincena porque no te administraste, dejar la estufa prendida, regular mal el boiler o, simplemente, que se te eche a perder la comida.

En mi caso, el primer error ocurrió durante la planeación de la independencia: ese proceso en el que compras cosas básicas como vasos, platos, algunos cubiertos, una olla y algunos sartenes. Sin embargo, mi error fue intentar ahorrar en la licuadora y no saber cuáles eran las características esenciales que debía tener este electrodoméstico.

Cuál fue es el principal error al comprar una licuadora

En mi caso, el error más grande fue no saber elegir la licuadora, y mi principal razón de compra fue el precio: 299 pesos, en descuento. Al ver el precio, por supuesto que acepté sin pensarlo, y es que cuando uno se muda, los pequeños ahorros son los que marcan la diferencia. El problema no fue la marca ni el modelo, sino la potencia.

Al no saber para qué la usaría, mi elección fue una de 400W de potencia. Ese tipo de licuadoras, de entre 300 y 500W, están diseñadas para un uso básico, como licuar alimentos suaves, como frutas, batidos, entre otros. El problema es que yo quiero preparar puré de papa, salsas, marinados exóticos y un simple licuado con frutas duras.

Licuadoras 2025

La opción que debí elegir era una de entre 500W y 700W, las cuales se recomiendan para licuadoras versátiles, capaces de procesar alimentos suaves hasta medianamente duros, como verduras, purés, salsas, entre otros. O bien, si quiero algo profesional, necesito una con un rango mayor para licuar frutas, verduras, aguas, hasta hielos, mantequillas, granos de harina y congelados.

Además, en el tema de las velocidades, lo ideal para un uso doméstico es que tengan entre seis y hasta diez velocidades, mientras que en un uso profesional debería contar con hasta quince velocidades. Cabe destacar que, a veces, estas velocidades vienen en “funciones”, es decir, modo “salsa”, “licuados”, “congelados”, etc.

Por tanto, mi siguiente licuadora debe ser una con potencia de 700W, para que pueda preparar todo tipo de recetas. Además, me fijaré en que tenga más de seis funciones o velocidades, para que tanto mis licuados como mis salsas o purés queden perfectos.

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