Obed Nares
Editor JrMe apasionan las palabras, la creatividad, el entretenimiento, la tecnología y la innovación. Soy mexicano, periodista, escritor, artista y disque filósofo.
La discusión sobre violencia, educación y juego volvió al Congreso de la Ciudad de México. Esta vez no por videojuegos ni por contenidos digitales, sino por algo mucho más cotidiano: los juguetes que imitan armas reales. Una iniciativa presentada por el Partido Verde propone restringir su venta y exhibición en la capital con el argumento de que normalizan la violencia desde edades tempranas.
La propuesta inmediatamente encendió el debate en redes sociales, donde rápidamente surgieron versiones simplificadas y en algunos casos, engañosas. Sin embargo, el alcance real de la iniciativa es más amplio y específico de lo que algunos titulares virales han sugerido.
Una iniciativa que apunta al juego, no a una sola pistola de agua
La propuesta fue presentada por la diputada local Rebeca Peralta León y busca modificar dos leyes en Ciudad de México, la Ley de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes y la Ley de Establecimientos Mercantiles. El objetivo es restringir la producción, venta, distribución y exhibición de juguetes bélicos, es decir, aquellos que simulan armas de fuego, explosivos, armas blancas u otros instrumentos destinados a causar daño.
Según Verificado, la iniciativa no plantea prohibir únicamente las pistolas de agua ni establece que esta medida sea una estrategia directa para acabar con la violencia general en México. El enfoque, de acuerdo con la propia legisladora, está en evitar que la violencia se normalice desde la infancia y fomentar una cultura de paz en niñas, niños y adolescentes.
Lo que realmente dijo la diputada en el Congreso capitalino
Durante la sesión ordinaria del pasado 2 de diciembre de 2025, Rebeca Peralta argumentó que los juegos y juguetes bélicos “promueven conductas que hacen apología de la violencia”. Según el medio, en la versión estenográfica y en la Gaceta Parlamentaria no existe mención específica a las pistolas de agua como objetivo central de la iniciativa.
El texto legislativo propone desincentivar productos que, además de simular armas, “promuevan conductas de violencia, guerra, discriminación o apología del delito”, así como aquellos que induzcan a la normalización del uso de armas en la vida cotidiana de las infancias. Es decir, el criterio no es el material del juguete, sino el tipo de conducta que fomenta.
Un mercado activo y accesible que preocupa a los legisladores
Uno de los argumentos incluidos en la iniciativa es la facilidad con la que estos juguetes pueden adquirirse. Según Verificado, en calles del Centro Histórico de la CDMX se comercializan pistolas y rifles de hidrogel con precios que van de los 250 a los mil pesos, mientras que en plataformas digitales los costos oscilan entre 140 y 3,600 pesos.
Para la diputada y su bancada, este acceso amplio refuerza la necesidad de una regulación más estricta, especialmente cuando campañas previas no han logrado frenar su venta de manera significativa.
No es prohibición total, es prevención desde la infancia
Un punto clave es que la iniciativa no se presenta como una solución mágica al problema de la violencia en el país. Según el reporte, el proyecto se enmarca dentro de políticas de prevención y cultura cívica, con énfasis en la formación de entornos seguros y libres de violencia para niñas, niños y adolescentes.
Tras su presentación, la propuesta fue turnada a las Comisiones Unidas de Atención al Desarrollo de la Niñez y de Administración Pública Local, donde continuará su proceso legislativo.
Cabe mencionar que esta discusión no surge en el vacío. En marzo la secretaria de Gobernación, Rosa Icela Rodríguez, invitó a la población a canjear juguetes bélicos por juguetes educativos como parte del programa federal “Sí al Desarme, Sí a la Paz”. A diferencia de la iniciativa en el Congreso capitalino, ese esfuerzo se basó en la participación voluntaria y no en restricciones legales.
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