Tener este apellido es una pesadilla digital: así castigan las computadoras a quienes lo llevan

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Gonzalo Hernández

Editor

Los nombres pueden tener raíces lingüísticas, religiosas, históricas o simplemente reflejar los gustos e intenciones de los padres. Aunque cada persona es única, hay un apellido en particular que parece no llevarse bien con las computadoras: Null.

Más allá de cualquier problema de pronunciación o escritura, el apellido Null representa un verdadero reto para los sistemas informáticos, según diversos testimonios recopilados por el Wall Street Journal.

Esto se debe a que, en programación, null es un término utilizado para indicar la ausencia de un valor. Por esta razón, numerosos sistemas de todo el mundo lo interpretan como un campo vacío o no válido, lo que ocasiona fallos en registros, bloqueos en formularios y múltiples errores administrativos.

El apellido que confunde a las computadoras

Uno de los casos documentados es el de Nontra Null, una diseñadora de ropa que casi pierde la oportunidad de asistir a la boda de una amiga en India. Al procesar su apellido, el sistema del consulado se bloqueó, lo que provocó un retraso en la emisión de su visa. Pudo abordar su vuelo solo en el último momento. Desde entonces, ha ideado estrategias para evitar el problema, como añadir guiones a su nombre o usar su apellido de soltera en formularios.

Situaciones similares vive el meteorólogo Jan Null, quien enfrenta obstáculos cada vez que reserva hoteles en línea. Al ingresar su apellido, muchos sitios lo interpretan como un campo vacío, y bloquean la operación. Para evitarlo, suele usar únicamente la inicial de su apellido.


Apellido Null

El problema no afecta únicamente a quienes nacen con este apellido. Un caso notable es el de Joseph Tartaro, quien pensó que sería gracioso poner "NULL" en la placa de su auto. Poco después, empezó a recibir múltiples multas de tránsito que no le correspondían, pues los sistemas de tránsito asociaban su placa con un valor nulo y le asignaban errores de otros vehículos.

También está el caso de Morgan Null, una abogada de 26 años que no pudo cancelar su servicio de internet. La compañía se negó a completar el trámite porque el sistema registraba que no tenía apellido asociado. Aunque ya había saldado su cuenta, los errores persistieron durante meses, hasta que tuvo que cambiar de proveedor.

Un error con raíces en la historia de la programación

Según el Wall Street Journal, esta confusión se remonta a más de 60 años, cuando un informático británico estableció que “null” debía representar la ausencia de un valor. Lo que no previó fue que personas reales podrían llevar ese apellido, una omisión que más tarde calificó como un error con un costo potencial de "mil millones de dólares".

En otras palabras, Null no solo es un concepto fundamental de programación, también se ha convertido en un problema burocrático y tecnológico. No se trata únicamente de los errores que enfrentan los usuarios, sino también de los fallos potenciales que pueden afectar a empresas: desde bloqueos en registros hasta la imposibilidad de procesar transacciones o desencadenar caos en sistemas automatizados.

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