Con apenas 30 metro de eslora y construido en su mayoría en oro macizo, existe un pequeño yate que se ha destacado dentro de las embarcaciones de lujo. Lo imponente de esta pieza de joyería flotante radica no sólo en los materiales que lo conforman, sino en su exorbitante precio: un valor de 4,800 millones de dólares.
Claro está que este navío es el ejemplo perfecto de lo que significa ser multimillonario y contrario a lo que uno puede pensar, no pertenece ni a Jeff Bezos ni Mark Zuckerberg. A pesar de imponerse entre las personas más ricas del mundo, sus yates Koru y LaunchPad no se acercan a lo ostentoso que resulta este navío. Su nombre: History Supreme.
Primeramente, tenemos que dejar algo en claro, el History Supreme está lejos de ser el yate de lujo más grande jamás construido. Superan ampliamente sus dimensiones el Eclipse (170 metros), propiedad del multimillonario ruso Roman Abramovich; el Azzam (180 metros), perteneciente al jeque Jalifa bin Zayed Al Nahayan; o el Serene (133 metros), del príncipe saudita Mohamed Bin Salman.
Lo que lo hace destacar, y volverse único, es su revestimiento de 100,000 kilos de oro macizo, plata y platino. Utilizados tanto en el casco como en la cubierta y los interiores, estos materiales incluso pueden hallarse en detalles como el ancla y las barandillas de las cubiertas.
El diseñador de lujo británico Stuart Hughes fue el responsable de hacer realidad el History Supreme, un proyecto que le llevó tres años para finalizar. Aunque no se han divulgado imágenes del yate fuera del astillero, en la página web de Hughes confirmó que la construcción se completó a mediados de 2011.
Además, este yate sobresale tanto por su lujoso casco como el nivel de excentricidad que se extiende en cada rincón del mismo. Hughes, aprovechó la oportunidad para incorporar algunas de sus exclusivas creaciones, como un acuario panorámico hecho con 68 kilos de oro de 24 quilates y una botella de licor adornada con diamantes.
Sin embargo, la característica más llamativa es la pared del camarote principal. En ella se encuentra una decoración como ninguna otra: huesos del esqueleto de un Tiranosaurio rex y otra pared embellecida con fragmentos de meteorito.
Cabe mencionar que a pesar de no haber una confirmación oficial, diversas publicaciones especializadas sugieren que el propietario de esta lujosa embarcación puede ser Robert Kuok, el hombre más rico de Malasia. Según Forbes, Kuok posee una fortuna que supera los 11,400 millones de dólares.
A esto se suma otro detalle interesante: nadie ha visto nunca este lujoso yate en acción. Esto ha llevado a especular que su existencia se transforma en un mito o que su dueño lo guarda como una pieza de museo excéntrica. Desde una perspectiva escéptica, no sería raro que el propietario no lo utilizara, ya que, si el yate llegara a hundirse, se convertiría en un tesoro por sí mismo.
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