EE.UU. quiere vender más automóviles de combustión y tiene un plan: hacerlos menos eficientes para que consuman más gasolina

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Adolfo Reséndiz

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Adolfo Reséndiz

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Periodista por la Escuela de Periodismo Carlos Septién García y técnico mecánico automotriz CEDVA. Me gusta el rap, comer asado argentino y manejar por carretera los fines de semana. Mis autos favoritos son el Alfa Romeo Carabo, Lancia Stratos Zero y Porsche 917 K70.

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Estados Unidos parece haber encontrado la fórmula menos esperada para vender más autos a gasolina. En lugar de impulsar motores limpios, la apuesta gira hacia vehículos que consuman más combustible, justo en el momento en que el resto del mundo habla de electrificación y emisiones cero.

La nueva propuesta de la Administración Nacional de Seguridad del Tráfico en las Carreteras recorta de forma agresiva los estándares de economía de combustible que dejó la era Biden. Para el periodo de modelos entre 2022 y 2031 la meta pasa a un promedio de 34.5 millas por galón en 2031, lejos de las 50.4 millas por galón que marcaban el rumbo anterior.

Durante el gobierno pasado la NHTSA elevó la exigencia año tras año. El plan fijaba aumentos de 8% anual para los modelos 2024 y 2025 y de 10% para 2026. Ahora la hoja de ruta apenas contempla saltos entre 0.25 y 0.5 por ciento cada año, margen que abre la puerta a más autos de combustión interna en las agencias y menos presión sobre los eléctricos.

La propia agencia reconoce que el nuevo esquema bajaría el precio inicial promedio de cada vehículo alrededor de 900 dólares. El costo desaparece de la etiqueta pero reaparece en la gasolinera. Las proyecciones internas hablaban de una norma capaz de recortar el uso de gasolina en 64 mil millones de galones y de evitar 659 millones de toneladas métricas de emisiones, con beneficios netos de 35.2 mil millones de dólares para los conductores. Esos números se diluyen con la marcha atrás.

Jeep Auto Electrico Jeep Wagoneer S Limited con motor eléctrico.

El cambio no se limita al consumo. La propuesta también mueve de raíz el mercado de créditos de eficiencia. A partir de 2028 la agencia quiere terminar con el intercambio de créditos entre fabricantes y cancelar varios incentivos ligados a funciones de ahorro de combustible. El mensaje resulta claro para marcas especializadas en eléctricos como Tesla o Rivian, que hasta ahora obtenían ingresos extra al vender créditos a rivales centrados en motores a gasolina.

Trump ya construye la narrativa política alrededor de esta jugada. El anuncio llega rodeado de directivos de alto nivel, incluidos los presidentes ejecutivos de Stellantis y Ford. Meses antes el expresidente firmó una ley que borró sanciones por incumplimiento de ahorro de combustible y liberó a las marcas de multas pendientes desde el año modelo 2022, otro regalo regulatorio para la industria.

Ford Bronco Profeco Mexico Ford Bronco Sport con motor de combustión.

Desde General Motors el discurso se alinea con el giro. Mary Barra recordó que, antes de que el congreso bloqueara las normas de vehículos de cero emisiones de California, varios estados exigían que el 35% de las nuevas ventas en 2026 correspondiera a eléctricos. De acuerdo con la lectura de Barra, ese escenario acercaba cierres de plantas por la dificultad para colocar suficientes modelos a batería. 

Los ambientalistas advierten las consecuencias

Del otro lado del tablero ambientalistas como Kathy Harris, del Consejo de Defensa de los Recursos Naturales, ponen números al enojo. La directiva calcula que los conductores pagarán cientos de dólares adicionales cada año en gasolina si el recorte de estándares entra en vigor. Señala además al ganador silencioso en esta ecuación. La industria petrolera.

La ofensiva de Trump contra el coche eléctrico no arranca con esta propuesta. El presidente de Estados Unidos ya había eliminado créditos fiscales para la compra de vehículos eléctricos y frenó los planes de California para limitar las ventas de autos a gasolina después de 2035. El patrón se repite. Menos incentivos para la electrificación, más oxígeno para la gasolina.

Tesla Model Y Standard Nuevo Tesla Model Y Standard.

Para quienes siguen la industria automotriz desde México y Latinoamérica este movimiento en Estados Unidos importa más de lo que parece. El mayor mercado de la región envía una señal clara. En ese territorio el futuro inmediato aún huele a combustible fósil, autos de combustión con regulaciones flexibles y fabricantes cómodos con motores que gastan más, aunque el planeta pague la cuenta.


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