La Vía Láctea tiene un agujero negro que nadie sabía cómo ver; y entonces llegó la mexicana Gisela Ortíz

La Vía Láctea tiene un agujero negro que nadie sabía cómo ver; y entonces llegó la mexicana Gisela Ortíz
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Steve Saldaña

Editor Senior

Periodista de tecnología y ciencia. Escribo y analizo la industria de plataformas tech en México y soy fan de la ética tecnológica. También soy miembro de la Red Mexicana de Periodistas de Ciencia. Hago locución comercial, produzco podcast y soy presentador del podcast semanal ROM. LinkedIn

Tan inexplicablemente cautivador es hablar sobre temas del espacio, como difícil aterrizarlos si uno no es un experto en astrofísica. Aún así, todos sabemos la importancia de los hoyos negros, su naturaleza misteriosa, y la dificultad con que los científicos se acercan a su entendimiento.

En nuestra propia galaxia, la Vía Láctea, existe un masivo hoyo negro. Ubicado en el corazón de nuestro vecindario galáctico, se ha asumido que tiene 3 millones más masa que nuestro propio sol, aunque no representa un problema de momento puesto que se encuentra a 26,000 años luz de nosotros.

Pese a su relativa cercanía, la comunidad internacional estaba teniendo problemas para dimensionar su tamaño. Ya se sabía que se trataba de un astro incomensurablemente inmenso, pero eso era todo. Y entonces, en forma de tesis doctoral, la mexicana Gisela Ortíz llegó a dar luz en forma de ciencia.

¿Cómo se observa algo que no emite luz?

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Básicamente, con ayuda de radiación. Un equipo de científicos al que perteneció la mexicana, hizo uso de varios telescopios que fueron enlazados simultáneamente obtener imágenes a muy alto detalle del espacio. La técnica, llamada Very Long Baseline Interferometry, fue utilizada para estudiar la luz a una longitud de onda de tres milímetros.

El objetivo era encontrar pequeños estallidos de radiación de un espacio físico en particular. La hipótesis es que dichos estallidos de radiación ocurren cuando matería cae dentro del agujero negro.

La técnica experimental funcionó. El mecanismo en efecto capturó emisiones de radiación de una región específica, de aproximadamente 1.2 unidades astronómicas de tamaño.

Una medida astronómica es equivalente a la distancia entre el planeta Tierra y el Sol

Aunque se trata de una primera observación que deja más preguntas que respuestas, se trata de un descubrimiento que en su momento causó sensación entre la comunidad científica, y por ello es que ahora la Unión Astronómica Internacional ha premiado a Gisela Ortíz por su tesis de doctorado 'Astrometría ultraprecisa con interferometría de muy larga base en el centimétrico y milimétrico'.

“Gracias a la investigación desarrollada en mi tesis, ahora sabemos que con el GTM es posible ver el agujero negro en tiempo real y detectar estallidos de radiación que ocurran cerca del horizonte de eventos debido a posibles incrementos en la caída de materia hacia el agujero negro”

Gisela Ortíz

La científica mexicana actualmente está haciendo una estancia poosdoctoral en el Max Planck Institut fur Radioastronomie en Alemania.

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