Agua con mercurio, arsénico y boro en Michoacán: estudio acusa a la CFE de causar enfermedades renales desde hace 30 años

El agua de tres municipios en Michoacán están tan contaminada que ha provocado enfermedades renales y el culpable es la CFE. De acuerdo con investigadores de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo, la planta geotérmica de los Azufres ha hecho que el líquido en la zona aledaña sea imposible de ingerir, pues contiene mercurio, boro, arsénico, plomo, aluminio y estroncio, entre otros metales peligrosos.

La investigación, titulada Enfermedad renal crónica: un enfoque interdisciplinario en salud física, ambiental y psicosocial en el oriente de Michoacán, abarca dos años de trabajo y presenta pruebas químicas de laboratorio, así como encuestas de realizadas a la población para conocer su alimentación, actividad física y estado psicosocial. Pese a ello, la Secretaría de Medio Ambiente la ha desestimado, argumentando que solo "tiene una hipótesis".

Estudio expone enfermedades renales y muertes a causa de la contaminación

El estudio de la UMSH, que comenzó en 2023 y contó con el apoyo del Instituto de Ciencia, Tecnología e Innovación y del hoy disuelto Consejo Nacional de Humanidades, Ciencias y Tecnologías. La investigación, que finalizó recientemente, incluyó análisis químicos y trabajo de campo. Sus resultados integran factores físicos, ambientales y psicosociales.

Los investigadores concluyeron que la planta geotérmica de Los Azufres está contaminando el agua de la región, lo cual contribuye al desarrollo de enfermedades renales crónicas en la población. También señalaron que la CFE, responsable de la planta, se negó reiteradamente a proporcionar los estudios que aseguran la ausencia de contaminación, a pesar de fueron solicitados formalmente y de estar obligada a entregar reportes semestrales.

Central Geotermoelectrica Los Azufres. Imagen | Wikimedia Commons.

Tres décadas de contaminación

Las comunidades afectadas se ubican en las cercanías el Cerro de San Andrés y pertenecen a los municipios de Hidalgo, Zinapécuaro y Maravatío. De acuerdo con autoridades tradicionales de poblaciones como San Pedro Jarácuaro y San Matías, el 20% de sus habitantes padecen enfermedades renales debido a la contaminación del agua. 

Otros pueblos, como San Isidro y San Lucas también han sufrido por la contaminación de pozos y manantiales. De acuerdo con La Jornada, desde hace 30 años, esto ha provocado la muerte de decenas de personas. Sin embargo, los dirigentes acusan que ninguno de los tres órdenes de gobierno ha hecho nada por frenar la situación. 

Pedro Nieto, dirigente comunal de San Pedro Jarácuaro, señaló que el problema comenzó con la exploración de los primeros pozos para la geotermoeléctrica, en 1978. La planta comenzó a operar en 1982 y aproximadamente una década después se registraron los primeros casos de insuficiencia renal. Fue entonces cuando se interpusieron las primeras denuncias y el gobierno estatal realizó dos estudios en tierra y agua; sin embargo, nunca se revelaron los resultados.

Imagen | CFE Nacional en Facebook.

Autoridades ambientales desestiman investigación

El titular de la Secretaría de Medio Ambiente de Michoacán, Alejandro Méndez López, señaló que el estudio que relaciona el aumento de enfermedades renales crónicas con la calidad del agua y posibles actividades de la CFE debe considerarse solo una hipótesis. Aunque reconoció que la investigación fue realizada de manera seria, indicó que también existen otras voces que no coinciden plenamente con esa conclusión.

Aseguró que no existe encubrimiento a la Comisión Federal de Electricidad y afirmó que la dependencia a su cargo cuenta con información de un análisis de muestras que realizó un laboratorio certificado de Ciudad de México y pagado por la Comisión Estatal de Aguas y Cuencas (CEAC), y que difiere de los datos de la investigación de la UMSH.

Méndez López afirmó que las enfermedades renales pueden tener múltiples causas, como el consumo de refrescos u otros factores combinados, por lo que no se puede atribuir de inmediato la responsabilidad al agua. Por su parte, los investigadores María Elena Rivera y Pedro Corona, defendieron su trabajo, señalando que no se trata de una hipótesis, sino de un estudio respaldado por profesionales y advirtieron que si se hace un manejo político de las cosas no habrá solución al problema.