Qué es la resonancia Schumann: así es y funciona la "voz" del planeta Tierra

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Nuestro planeta es un lugar especial del Universo, hogar de nuestra civilización y toda la vida que conocemos. Sin embargo, entre sus muchas curiosidades, podemos mencionar que la Tierra "habla" y que su "sonido" se genera entre la capa terrestre y la ionosfera.

Este fenómeno ha rondado en la cabeza de los científicos desde mediados del siglo XX y, tras su descubrimiento en 1960, se ha estudiado a profundidad hasta conocer la frecuencia exacta en la que se puede "escuchar" a la Tierra. Se trata de un fenómeno conocido como resonancia de Schumann. Esta es la voz del planeta.

En el mundo de la física se dice que "todo es un oscilador". Esta afirmación es en parte un dicho y en parte una broma, que hace alusión a la gran cantidad de fenómenos físicos que pueden describirse, explicarse o aproximarse usando el Oscilador Armónico, otro concepto físico que es harina de otro costal, pero que es realmente útil. Carl Sagan era fanático de ello e incluso lo usó para su novela Contacto.

Pues bien, nuestro planeta produce un fenómeno natural que sucede entre la superficie de la Tierra y la ionosfera, conocido como resonancia de Schumann. Esto genera resonancias (oscilaciones) de un tamaño comparable a la circunferencia de la Tierra (unos 40,000 kilómetros).

Se ha encontrado que este fenómeno es provocado por la actividad electromagnética en la atmósfera. Entre la superficie de la Tierra y la ionosfera, que se encuentra a unos 80 kilómetros de altitud, viajan ondas generadas por la electricidad y el magnetismo del planeta, principalmente originadas por los rayos.

Un "sonido" sordo

Esta resonancia también puede presentarse debido a cambios climatológicos e incluso a la interacción con la energía proveniente del Sol, como pueden ser las geomagnéticas que provocan inusuales auroras en lugares fuera de lo común. Las ondas provocan una resonancia al "rebotar" entre la capa inferior de la ionosfera y la superficie terrestre, similar a cómo las ondas de sonido rebotan entre las paredes de una guitarra acústica.

La página de la Estación de Resonancia Schumann de la UNAM, ubicada en Coeneo, Michoacán, define este fenómeno de la siguiente manera:

"El espacio entre la superficie terrestre y la ionosfera inferior forma un condensador, siendo las señales de resonancia Schumann las resonancias electromagnéticas de esta cavidad. Estas señales se miden en la banda de frecuencia extremadamente baja (ELF) de 0 Hz a 50 Hz. El modo fundamental es 7.83 Hz y los primeros cuatro armónicos están a 14.3 Hz, 20.8 Hz, 27.3 Hz y 33.8 Hz".

Por si te lo preguntabas, es imposible para el ser humano oír el sonido de la resonancia de Schumann, pues son ondas de radio. Los humanos escuchamos ondas mecánicas, perturbaciones provocadas por el movimiento de los objetos en el aire terrestre. Es imposible que escuchemos ondas electromagnéticas, pues no generan perturbaciones mecánicas.

Más allá de una mera curiosidad

Diseno Sin Titulo Diagrama de la Resonancia de Schumann.

La resonancia de Schumann ha ganado relevancia en los últimos años debido a la valiosa información física que se puede obtener de ella, principalmente para las ciencias atmosféricas. Se han utilizado para monitorear la actividad de los rayos y otros fenómenos presentes en la ionosfera. Además, se relacionan con el cambio climático, ya que la frecuencia con la que se generan rayos ha aumentado con el calentamiento global.

Asimismo, hay interés respecto a este fenómeno porque se cree que otros cuerpos de nuestro sistema solar pueden presentar resonancia. Esto aplica para planetas y objetos rocosos similares a la Tierra (como Marte, Venus o las lunas de Júpiter). Lo anterior se debe a que, hasta ahora, no hay evidencia de que la resonancia de Schumann pueda ser posible sin una capa sólida. Recordemos que hay planetas gaseosos, como Júpiter, Saturno, Urano y Neptuno.

Del mismo modo, cierto sector ha aprovechado la resonancia de Schumann para vender la idea equivocada de que este "sonido" puede ayudar a curar enfermedades. Lo cierto es que no hay fundamento científico para creer que "vibrar" conforme a la Tierra sea benéfico (o maléfico) para la salud. Solo es un fenómeno físico, muy interesante, al que nada le importa el bienestar humano.

Sea como fuere, creo que a Johannes Kepler, uno de los astrónomos clásicos más destacados de su época, le interesaría la resonancia de Schumann. Kepler ideó Harmonices mundi, o la Armonía del mundo; una idea similar a la de la "Música de las Esferas" de Aristóteles, en la cual el movimiento de los cuerpos celestes debía estar descrito de tal modo que la música, la matemática y la física se unieran. Quiero imaginarme a Kepler más que contento por saber que la Tierra resuena.

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