En un esfuerzo por rastrear la información detallada de una batería de auto eléctrico, es decir, todo sobre las fuentes y la naturaleza de las materias primas antes de la fabricación, junto con detalles posteriores a ésta, así como la capacidad y condición, la Unión Europea implementará un "pasaporte de batería".
Los pasaportes de batería serán obligatorios para los vehículos eléctricos vendidos en la Unión Europea (UE) a partir de febrero de 2027 y será un documento digital vinculado al VIN y a un código QR que, cuando se escanee, revelará la información solicitada.
Esta medida es parte del nuevo Reglamento de Baterías de la Unión Europea que requiere que el fabricante de baterías o vehículos (dependiendo de quién produjo la batería), dé a conocer las emisiones de carbono de la producción.
La medida también tiene como objetivo que se incluyan gradualmente mayores proporciones de materiales reciclados en las baterías antes de 2035, año en el que la UE prohibirá la venta de vehículos a gasolina.
Las baterías vendidas en Europa deberán revelar su huella de carbono a partir de este año, seguido de cumplir con un límite de emisiones de CO2 y revelar el contenido de materias primas recicladas a partir de 2027.
Y es que a menudo las cadenas de suministro de las baterías son turbias e intercambiables, por lo que los pasaportes brindarán mayor transparencia y oportunidades para examinar el proceso de preproducción.
Los pasaportes costarán de 8 a 12 euros por batería y buscan también alertar a las automotrices sobre los cambios en sus cadenas de suministro para que puedan "interrogar la actividad".
A eso se suma que los fabricantes europeos de baterías también están bajo presión para diferenciarse de sus rivales chinos -que pueden producir a mayor escala y ofrecer precios más bajos- por lo que deben presentar productos más ecológicos con menores emisiones de CO2 y más contenido reciclado.
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