A temprana edad, Michael B. Jordan comenzó su carrera actoral con pequeñas apariciones en series de televisión. Su salto a la fama lo dio al estelarizar el soft reboot de la franquicia Rocky titulado Creed, pero vivió una etapa complicada en 2018 dadas las consecuencias de haber participado en Black Panther: necesitó terapia.
Si recordamos B. Jordan se unió al Universo Cinematográfico de Marvel para encarnar a nada menos que el villano Erik Killmonger. Al ser su tercera colaboración con el director Ryan Coogler, el problema no radicó en la producción, sino el proceso de personificación que llevó a cabo y que terminó en un costo emocional bastante fuerte.
Como platicó el actor para la revista Rolling Stone, parte de su preparación constó de pasar varios momentos en aislamiento, además de explorar pensamientos de dolor y frustración. A tal grado llegó su necesidad de comprender a su personaje, que incluso se alejó de familiares y amigos para transmitir ese dolor.
"Killmonger me permitió acceder al dolor y la frustración que tenía sin pedir disculpas. Pero luego, obviamente, hay una tristeza que viene con eso. Me sumergí en eso por mucho más tiempo que nunca antes. Durante el rodaje me mantuve alejado de la familia y los niños, y de todo lo que Killmonger nunca tuvo".
Esto mismo lo expresó durante una entrevista con Oprah Winfrey en la que confesó su rigurosa preparación emocional con tal de llevar a cabo su trabajo de manera perfecta. A su vez, añadió que las emociones de Killmonger representan lo que es ser una persona afroamericana en Estados Unidos, cuestión que no se tomó a la ligera.
"Simplemente hice lo que sentí que tenía que hacer, o lo que sentí que era correcto en ese momento, en cada paso del camino. No había ningún plan, tampoco tenía un plan de escape. Vivir cada día era simplemente entrar en ese espacio. Y traté de permanecer allí el mayor tiempo posible".
Tras la finalización del rodaje, Jordan necesitó tiempo para reconectar consigo mismo y acercarse nuevamente con las personas cercanas a él. Al final, la factura de Black Panther fue haber descuidado el amor y sus relaciones interpersonales durante un largo tiempo.
De esta manera, expresó que llegó a sentirse deprimido y necesitó terapia y un poco de tiempo para "desentrañar" esa experiencia. Ello le ayudó a reestructurarse mentalmente y superar barreras emocionales que desarrolló en ese lapsus, a la par en que se concientizó a sí mismo sobre la importancia de la salud mental masculina.
"Creo que estar en ese tipo de estado mental, tan real, intransigente... todo el tiempo, me afectó. Estaba un poco deprimido".
"Como hombre, creo que tenemos mucha resistencia a eso en general, sabes lo que es ser masculino. Realmente no estoy de acuerdo con eso, porque siento que todos necesitan desempacar y hablar, ya sea con un terapeuta, un amigo cercano o un familiar".
A pesar de las consecuencias para Jordan, la película fue un éxito de crítica, taquilla y hasta consiguió una nominación al premio Oscar por Mejor Película. Algo bueno salió de ello. Si gustas revivir la emocionante aventura wakandiana, puedes encontrar Black Panther a través de Disney+.
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