Los cigarros están contribuyendo a la contaminación de ríos, mares y bosques: esa es la premisa detrás de la iniciativa del partido Verde y Morena que está intentando prohibir vender y consumir cigarros en playas, y áreas naturales protegidas.
En el documento presentado en la Cámara de Diputados argumentan que las playas se han convertido en objeto de contaminación debido a su uso comercial. Citan incluso cifras de The Ocean Conservancy, organización que asegura haber localizado 59,000 kilos de basura en 205 kilómetros de costa recorridos, siendo las colillas el objeto más recurrente.
Además de la contaminación de suelo y mares, "el riesgo de que las colillas sean consumidas por especies marinas es significativamente alto" se lee en la propuesta.
En Tailandia han seguido una ruta similar, en donde a partir de febrero de 2019 ya no es posible fumar y comprar cigarros en playas. Ahí, en su lugar, fueron creadas zonas especiales para fumadores y se determinaron sanciones económicas para turistas que no cumplieran con la norma. Iniciativas similares han sido aprobadas en California, Valencia y Cantabria.
Un problema del tamaño de 50,000 millones de colillas
La propuesta busca modificar texto de la Ley General para el Control del Tabaco, con una fracción adicional dentro del artículo 16 en donde a la letra diría:
VII. [Se prohíbe:] Comerciar, vender, distribuir gratuitamente o exhibir cualquier producto del tabaco en playas, Zona Federal Marítimo Terrestre y Áreas Naturales Protegidas.
Otra propuesta al artículo 17 ligeramente más específica:
IV. [Se prohíben las siguientes actividades:] El comercio, distribución, donación, regalo, venta y suministro de productos del tabaco en playas, zona federal marítimo-terrestre y áreas naturales protegidas.
A decir de la UNAM, una sola colilla puede contaminar hasta 50 litros de agua dado que está diseñada para retener sustancias tóxicas; además, cada una tarda hasta 12 años en biodegradarse. En México se desechan 50,000 millones de colillas al año.
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