Estados Unidos ha invertido mil 800 millones de dólares (poco más de 30 mil millones de pesos) en el desarrollo de una red con cientos de satélites espías, construidos por SpaceX. Con este complejo sistema de espionaje, la empresa de Elon Musk colabora con el gobierno estadounidense para crear una red de vigilancia de la cual "nadie puede esconderse", según una fuente anónima de Reuters.
Los esfuerzos estadounidenses por estar a la delantera espacial se ponen adelante de sus competidores. Este proyecto refleja la creciente carrera espacial que Estados Unidos mantiene, principalmente, con China. Pero eso no es todo.
La organización que está detrás de este proyecto es la Agencia Nacional de Reconocimiento (NRO, por sus siglas en inglés), un organismo que se ha dedicado a gestionar y operar sistemas de satélites espías. Históricamente, son los responsables de la recolección y análisis de la información obtenida por sus redes, la cual puede ser desde imágenes hasta señales.
Esta nueva alianza con SpaceX no hará más que potenciar sus capacidades. La NRO tiene mucha experiencia como agencia de investigación; uno de sus primeros proyectos fue CORONA, un sistema de reconocimiento fotográfico que, como respuesta a Sputnik, comenzó a operar desde finales de la década de los 50. Por aquellos años, Estados Unidos ya tenía roces con China y Rusia, reflejando desde cuándo estos países han sido competidores políticos, económicos y, como no podía ser de otra manera, militares.
Sin embargo, el reciente proyecto entre la NRO y SpaceX será el sistema de vigilancia satelital más eficiente del mundo. Algo que, inevitablemente, carga con connotaciones negativas para el gobierno estadounidense. Según una declaración de un portavoz de la NRO:
"La Oficina Nacional de Reconocimiento está desarrollando el sistema de inteligencia, vigilancia y reconocimiento basado en el espacio más capaz, diverso y resistente que el mundo haya visto".
Una nueva carrera espacial y espionaje satelital
De acuerdo con lo publicado por Reuters, desde 2020 se han lanzado diversos prototipos de este sistema, utilizando los Falcon 9 de SpaceX. Esto coincide con el lanzamiento de Starshield, también puesto en funcionamiento durante el mismo año, pero que formó parte de otro contrato con un valor aproximado de 200 millones de dólares. Starshield es una red paralela de Starlink que opera con fines militares y gubernamentales, de Estados Unidos, naturalmente.
El papel de Elon Musk en todo este proyecto no se ha salvado de ciertas tensiones con Estados Unidos. En el pasado, durante los meses críticos de la invasión rusa a Ucrania, Musk puso a la red Starlink a disposición del ejército ucraniano. Esto provocó que funcionarios del país presidido por Joe Biden alzaran la voz en contra de las actividades de Musk, no reguladas por el gobierno estadounidense.
Por su lado, China también tiene en sus planes construir y lanzar una red de constelaciones de satélites propia, como parte de su carrera espacial contra Estados Unidos. Ambos países han mostrado de lo que son capaces en ese ámbito, China a demostrado ser capas de igualar a la comunidad internacional, creando su propia estación espacial en tiempo récord. Por su lado, ya se ha informado que Rusia está desarrollando armas especiales para derribar redes de satélites enteras.
De momento, Estados Unidos sigue demostrando sus intenciones por dominar en todos los campos de la tecnología posible, y si eso implica también tener la red de espionaje más avanzada posible, lo hará. Ahora no parece tan descabellada la idea mostrada en 'Captain America: The Winter Soldier', donde la 'Operación Insight' tenía la capacidad de encontrar personas "potencialmente peligrosas" y eliminarlas. Si de verdad es una red de la que "nadie puede esconderse", el poderío estadounidense solo se haría más grande.