No hay forma totalmente efectiva para impedir que niñas, niños y adolescentes ingresen a sitios para adultos. El más reciente intento de hacerlo ha sido vincular a Pornhub con la base de datos de licencias para conducir de Louisiana en un mecanismo que raya en la supervigilancia, pues le da herramientas al gobierno local de saber cuáles de sus ciudadanos ingresan a sitios pornográficos.
Pero el asunto está ahí y es real: tres de cada cuatro adolescentes han ingresado a sitios pornográficos para cuando tienen 17 años, al menos en Estados Unidos, según un nuevo reporte de Common Sense Media, retomado primero por The New York Times. De ese número, 15% admitió haber ingresado a sitios pornográficos antes de los 10 años y 71% admitió haber entrado a un sitio en la semana anterior a la encuesta.
Es más, 45% de los adolescentes dijo que ver pornografía les da información útil sobre sexo.
Para el reporte de Common Sense Media fueron encuestados 1,300 adolescentes de entre 13 y 17 años. La idea es entender el rol que juega la pornografía en línea en la vida adolescente y cómo es que los menores de edad llegan por a sitios con contenido para adultos. Del total de entrevistados 44% dijo haber ingresado a los sitios de forma intencional, pero 56% dijo que su primer contacto con pornografía fue totalmente accidental.
Ese dato hace que Common Sense llegue a la conclusión de que la exposición accidental pueda ser una experiencia relativamente común para adolescentes, lo que vuelve a la mesa la discusión de cómo impedir efectivamente el ingreso de menores de edad a sitios para adultos.
El otro gran problema es lo que los adolescentes entienden y aprenden de la pornografía. La razón es la más sencilla: los adolescentes están en busca de información que podría ser que no obtengan de ningún otro lado, así que la mitad dice que la pornografía les da información que consideran útil. Hay un matiz importante: relativamente pocos, algo así como el 27%, considera que la pornografía representa con precisión cómo es que la mayoría de las personas tienen sexo.
Las respuestas con más repeticiones a la pregunta de qué es lo que los adolescentes aprenden al ver pornografía fueron "cómo tener sexo", "sobre cuerpos humanos y anatomía", "qué tipo de personas encuentro atractivas" y "qué conductas sexuales estaría interesado en probar".
Porno y violencia
La pornografía con formas de violencia es otro tema. Uno de cada dos adolescentes reconoció haber visto pornografía con algún tipo de violencia, aunque la encuesta no hace correlación entre adolescentes que estuvieron expuestos a ella y aquellos que consideran que la pornografía representa cómo la mayoría de la gente tiene relaciones sexuales. Incluso sin esa evidencia, el número es muy grande y Common Sense advierte que podría derivar en "distorsión de sus percepciones sobre la pervalencia de conductas sexuales que podrían ser dañinas".
La correlación que sí existe es clara está entre el consumo de pornografía con violencia y el consumo deliberado de pornografía. Ocho de cada diez adolescentes que reconoció haber buscado y consumido pornografía de manera deliberada en los siete días previos a la encuesta, dijo también que había consumido pornografía con signos de violencia. Ese número se reduce a 48% para adolescentes que han visto pornografía intencionalmente en el pasado, pero no en la última semana.
Aun así, la encuesta es clara al matizar que la investigación no puede determinar con claridad si adolescentes buscan pornografía con violencia porque ya practican relaciones violentas, o si más bien ese tipo de consumos se normalizan a través del consumo de pornografía.
En cuanto al acceso, los sitios dedicados a pornografía son los más populares, con una mención promedio del 44%. Le siguen como vías de acceso redes sociales con 38% (encabezan TikTok e Instagram), plataformas de video con 34% y plataformas con suscripción al estilo OnlyFans con 34%.
Porno y culpa
Uno de los datos más llamativos de la encuesta es que los adolescentes entrevistados no suelen tener opiniones positivas sobre la pornografía, incluso aquellos que la consumen regularmente. Hay una distinción entre los beneficios de ver pornografía y si la pornografía como concepto está bien o mal. El fácil alcance a la pornografía y la falta de discusión sobre ella con algún adulto ha provocado, según Common Sense Media, que adolescentes tengan una relación complicada con la pornografía, donde uno de cada dos adolescentes dijo "sentirse culpable por ver porno en internet".
De hecho, aunque la mayoría de adolescentes dijo haber tenido pláticas sobre métodos anticonceptivos y sexo, menos de la mitad dijo haber tenido alguna charla con algún adulto de confianza sobre pornografía. La mayoría de los adolescentes dijo querer tener una charla sobre lo que ven, pero también reconocen que las pláticas serían incómodas y difíciles.
El estudio llega en un momento complicado en el EUA discute la posibilidad de obligar a plataformas a validar con precisión que sus visitantes sean mayores de edad. La obligatoriedad conlleva al problema sobre mecanismos que garanticen que menores de edad efectivamente no puedan acceder a sitios en línea y cómo hacer que estos no violen la secrecía de datos personales.
También llega en un momento complicado con serias acusaciones a Pornhub por posiblemente albergar contenido relacionado a pornografía infantil, lo que le ha provocado una investigación en curso a la plataforma y a los procesadores de pagos Mastercard y Visa.
El tema no hace más que complicarse para México en donde no hay certeza sobre cómo niñas, niños y adolescentes están consumiendo pornografía y, desde luego, no hay legislación sobre pornografía en internet. La disposición más cercana a restricciones de consumo de algún contenido en línea por parte de menores de edad está en el artículo 220 de la Ley General de Salud que determina que menores de edad no pueden ser expuestos a promoción sobre bebidas alcohólicas.
El resultado en internet todos lo conocemos en forma de ese cajón que aparenta ser cadenero al ingresar a sitios de productos alcohólicos, pero que se hace a un lado con tan solo dar un clic: "sí, soy mayor de 18 años".
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