No es secreto que la Ciudad de México está en peligro de hundimiento, con el paso de las décadas, el aumento de la densidad poblacional en una de las 10 ciudades más habitadas del mundo ha agudizado este problema. Sin embargo, geólogos de la UNAM informaron que la velocidad a la que esto ocurre está llegando a un punto que obligará a desalojar zonas enteras.
Quienes tengan planes de mudarse a la capital del país deben considerar bien que existe la posibilidad de que en una década o menos, sus hogares queden inhabitables. Ya hay secciones de la CDMX en que los edificios han tenido que ser derribados debido al daño en su estructura provocado por el progresivo desnivel. La peor noticia es que no hay modo de corregirlo.
La Ciudad de México fue fundada en 1325 por los mexicas como un asentamiento lacustre (sobre un lago) como el centro de su civilización. La conquista y colonización españolas mantuvieron esta ubicación como punto estratégico debido a que la disponibilidad de agua facilitaba su desarrollo. El problema era que nunca se intentó edificar alrededor del Lago de Texcoco, sino que siempre fue sobre él mismo, y conforme el nivel de agua descendía, producto del aumento de población, más fácil resultaba construir sobre el mismo terreno.
A pesar de que el agua en la superficie del lago se fue secando, los pozos subterráneos y mantos acuíferos debajo de él permitieron a los habitantes seguir su expansión en la misma zona. No fue hasta que se comenzaron a construir edificios más grandes y pesados, a principios del siglo XX, que se descubrió que el suelo de arcilla se compactaba a un ritmo de 8 centímetros por año.

Punto de no retorno
Esto no detuvo el crecimiento de la ciudad, pues un estudio de 2021 en la revista científica AGU reveló que, para la década de los cincuenta, cuando la capital se encontraba en su apogeo de desarrollo urbano, la tasa de hundimiento anual había llegado a los 29 cm en las zonas de más peligro. Hoy, la ciudad ya cruzó el punto de no retorno. El estudio asegura que no hay manera de que se recupere del hundimiento.
Un equipo de geólogos de la UNAM (Universidad Nacional Autónoma de México) explicó que, si antes el problema no tenía solución, ahora nos acercamos cada vez más al momento en que la ciudad se vuelva inhabitable. La expansión de la mancha urbana y la extracción de agua del subsuelo no paran, lo que ha generado que haya zonas en que el hundimiento por año sea de 40 centímetros, mientras que el problema para el resto de la ciudad es de entre 10 y 30 centímetros al año.

“La gente y los gobiernos van a tener que empezar a buscar medidas de adaptación para que la población tenga los menores impactos y puedan regresar a su vida cotidiana. De no ser así, una parte de las personas va a tener que irse fuera de la ciudad en unos seis años, porque va a ser insostenible”
-Wendy Morales, geóloga de la UNAM para EFE
En tan solo 10 años, habrá zonas con un hundimiento de tres metros respecto a su posición actual. Alcaldías como la de Iztapalapa, Cuauhtémoc o la Venustiano Carranza -en donde se ubica el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México-, son las que mayor hundimiento presentan por estar más cerca del centro del lago.
La urbanización ha traído un segundo peligro a la mesa, pues ante la falta de un suelo en donde la lluvia pueda filtrarse y con el agotamiento de los ríos que conectaban al Lago de Texcoco, el 70% de la Ciudad de México está en riesgo latente de inundación. Este problema afecta principalmente en los meses de junio, julio y agosto.
¿Qué se puede hacer?
Debido a que el hundimiento de la ciudad es inevitable, especialistas recomiendan a las autoridades tomar acciones inmediatas para que la mancha urbana se adapte lo más posible. Entre ellas están reducir permiso de construcción en las zonas poco urbanizadas, invertir en mejorar el sistema de drenajes para menguar el riesgo de inundación y promover un plan de movilidad progresivo en el que parte de la población de la Ciudad de México se mude a zonas más alejadas de lo que antes fuera el Lago de Texcoco.

De no realizar ninguna medida, la ciudad podría enfrentar un desplazamiento forzoso en unos 10 años, cuando el hundimiento sea tal que las construcciones comiencen a fracturarse y las inundaciones no se puedan contener.
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