Habíamos visto de todo en Ucrania, pero esto es nuevo: los drones se están disfrazando de soldados rusos, y está funcionando

Ucrania
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Luis Ángel Márquez Flores

Editor Jr
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Luis Ángel Márquez Flores

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La guerra en Ucrania se ha convertido en un conflicto de desgaste cuyo final aún se vislumbra lejano. A más de tres años desde que comenzó, cada avance cuesta muchos recursos e implica semanas de combate. Quizás solo hay una cosa bastante clara, y es que Rusia lleva la ventaja en cuanto a población e industria. 

En busca de la supervivencia, Ucrania ha optado por drones con IA, soluciones nacidas de la escasez y una combinación entre innovación tecnológica avanzada e ingenio extremo. La estrategia consiste en elevar el costo humano y material de su enemigo. Así es como acaban de dar con su última arma: altavoces

Drones que no buscan destruir, sino desgastar

De acuerdo con Oleksandr Syrskyi, comandante en jefe de las Fuerzas Armadas de Ucrania, su país no puede ganar por volumen, pero sí puede obligar a Rusia a pagar un precio cada vez más alto por cada metro ganado. Bajo esa lógica, los drones se han convertido en armas de terror psicológico para los soldados enemigos. 

La función de los drones equipados con altavoces es engañar y agotar al ejército ruso. Estos aparatos reproducen sonidos de vehículos militares para simular ofensivas inminentes que obligan al ejército de Moscú a desplegar drones de reconocimiento y municiones de un solo uso que no pueden recuperarse. Así, el adversario termina por malgastar recursos valiosos a revelar sus posiciones.

Pero hay una variante todavía más inquietante de esta táctica: algunos drones reproducen grabaciones con gritos desesperados de auxilio, gemidos y voces que imitan a reclutas rusos. El objetivo es hacer que los soldados abandonen sus posiciones seguras y queden expuestos a los ataques de Ucrania. No se trata solo de causar bajas, sino de inducir errores y mermar la confianza del enemigo.

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Un frente convertido en laboratorio

El clima también ha impulsado la innovación táctica. Condiciones como niebla espesa, lluvia helada y viento han reducido la eficacia de los drones FPV ucranianos en algunas zonas, lo que ha hecho más fácil los avances rusos. Ante esto, Ucrania ha integrado drones aéreos con robots terrestres ocultos en rutas de aproximación que aprovechan la cobertura de la niebla para detectar vehículos enemigos y transmitir datos preciosos sobre su posición.

El país también ha intensificado el uso de vehículos terrestres no tripulados armados para reducir riesgos humanos. Un ejemplo es el Droid TW 12.7, equipado con una ametralladora pesada M2 Browning, que en una emboscada nocturna logró destruir un transporte blindado ruso MT-LB, perforar su blindaje e incapacitar a su tripulación. Estos sistemas dejan claro que los UGVs ya no son experimentos, sino herramientas de combate diseñadas para asumir misiones letales.

La escasez de suministros ha reforzado la improvisación: drones dañados que sirven como trampas explosivas o liberan virus, munición rusa sin detonar lanzada de vuelta a trincheras enemigas y edificios convertidos en armas improvisadas. A la par, la industria armamentística ucraniana desarrolla drones con mejor navegación, visión artificial, control asistido por inteligencia artificial y capacidades de enjambre que aceleran el desgaste de las tropas rusas. 

Imagen de portada | Nano Banana Pro

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