Xi Jinping, el presidente de China, se ha reunido con el presidente Francés, Emmanuel Macron, para tratar una variedad de temas. De entre todos ellos ha saltado una petición inusual que anticipa que China no prevé un buen futuro en las negociaciones e intercambios con Estados Unidos. Jinping quiere ayuda de Francia para evitar, lo que llamó, una nueva "guerra fría".
La petición debe leerse en el intrincado y riesgoso escenario mundial. Estados Unidos no solo ha creado numerosos obstáculos en la cadena de suministros tecnológicos de China y, muy en particular, ha procurado que su industria de chips quede aislada del mundo. En su conjunto, la Unión Europea se ha alineado con los intereses de Estados Unidos. Apenas en marzo pasado la Unión Europea comenzó a considerar la posibilidad de iniciar una investigación formal en cuanto a cómo los semiconductores de China podrían afectar la seguridad nacional de sus países.
Jinping dijo a Macron que sus países deben unirse para "defender los beneficios mutuos y oponerse conjuntamente al desacoplamiento y la interrupción de las cadenas de suministros", según la agencia de noticias oficial Xinhua, citada por Bloomberg.
Además de los chips, la Unión Europea ha manifestado preocupación por la rápida expansión de los autos eléctricos de China. Luego de que Estados Unidos retirara beneficios fiscales a los autos chinos, la Unión Europea comenzó una investigación sobre los subsidios a vehículos eléctricos. El movimiento incluso ha alcanzado a México, en donde apenas en abril Reuters reportó el cese a las reuniones oficiales con fabricantes chinos que estaban recibiendo incentivos para fomentar la producción en el país de autos eléctricos.
Tensión en el ambiente
El momento es tenso porque, sin importar la petición de Jinping a Macron, la Unión Europea no parece tener intención de disminuir su vista escrutadora hacia China. Apenas unas horas después de la reunión, The Guadian ha reportado que la Unión Europea "no dudará" en tomar decisiones para proteger la economía de la región, frente a las importaciones de autos eléctricos baratos, acero, tecnología solar y hasta eólica. La cita corresponde a Ursula Von der Leyen, jefa de la Comisión Europea, quien ha dicho que es preocupante que en muchos rubros la competencia no es justa porque las industrias en China reciben subsidios gubernamentales.
Desde luego, el escenario que presenta la agencia de noticias de China es distinto. En el comunicado oficial por las reuniones de Xinping no solamente se habla de nueva colaboración de largo plazo, sino que incluso se hace mención de Shein y Temu como dos estandartes del sano comercio entre regiones. En el texto se lee que las plataformas de comercio electrónico "han impulsado las exportaciones chinas a Francia, ofreciendo productos asequibles y de alta calidad a los consumidores franceses".
Shein y Temu han sido centro de disputa en las discusiones con otros países. En Estados Unidos se teme de su rápido crecimiento que comienza a ganar cuota de mercado de gigantes como Amazon, aunque también se han convertido en fuente de ingresos importante para la industria de anuncios digitales, lo que les ha vuelto clientes asiduos de los servicios de Meta y de Google. En México, Shein y Temu han sido constantemente señalados por explotación infantil, comercialización de productos de mala calidad y desplazamiento de productores textiles nacionales.
Francia ha sido acusado de tener una visión proteccionista que favorece a los productores europeos de autos eléctricos. El choque parece ser inevitable porque China necesita expandir su economía y elevar sus relaciones comerciales internacionales porque, según Financial Times, la economía china tiene una racha de desaceleración económica a la que contribuye, desde luego, los vetos comerciales de Estados Unidos a tecnología china.