El "cohete sin dueño" al fin se estrelló contra la Luna: malo para la contaminación espacial, pero bueno para la exploración del satélite

Luna
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Luego de varios años recorriendo el espacio sin rumbo, el cohete que se encontraba en rumbo de colisión con la Luna al fin se estrelló, o al menos eso señalan los expertos en seguimiento espacial.

El evento tuvo lugar aproximadamente a las 6:25 am, hora de México en el lado oculto de la Luna, por lo que el sitio de impacto se encuentra fuera de la vista de los telescopios terrestres. Aunque el impacto no se pudo revisar en tiempo real, la NASA se comprometió recientemente a buscar el cráter resultante con el Orbitador de Reconocimiento Lunar, proceso que podría tardar semanas o hasta meses.

De acuerdo con Project Pluto el agujero causado por el propulsor se encontrará cerca del cráter Hertzsprung, formación que tiene un ancho de 520 kilómetros.

Con este evento, se marca la primera colisión lunar "involuntaria" que involucra una pieza de hardware espacial, eso si, sin contar las sondas que se estrellaron intentando aterrizar en la Luna ni las terceras etapas de los cohetes Saturno V, que la NASA dirigió contra la superficie de forma intencional.

La "X" verde marca la estimación donde el cohete habría impactado | Imagen: Project Pluto

El problema identificando restos espaciales

Hasta ahora existe todo un debate sobre a quien pertenece esta etapa del cohete, pues los análisis originales apuntaban a que era un Falcon 9 de SpaceX, aunque revisiones posteriores lo identificaron como un propulsor de origen chino, aunque el país ha cuestionado esta conclusión.

De acuerdo con el astrónomo Bill Gray en su primera predicción con el programa Project Pluto, con el que rastrea objetos espaciales, el cohete era la etapa superior perteneciente al satélite Deep Space Climate Observatory (DSCOVR) lanzado a bordo de un Falcon 9 en febrero de 2015.

Ilustración conceptual del satélite DSCOVR | Imagen: NASA

Sin embargo Gray ajustó sus conclusiones tras revisiones junto a otros astrónomos, sugiriendo que más bien era parte del cohete Long March 3C,  mismo que lanzó la misión china Chang'e 5-T1 en 2014, para probar la tecnología que trajo a la Tierra muestras lunares en 2020.

Hasta ahora China niega que la etapa perteneciera a su país, algo que la Fuerza de Estados Unidos respaldó en su momento, pues sus datos mostraban que el objeto había reingresado en la atmósfera en 2015. Sin embargo, recientemente se confirmó, de acuerdo con SpaceNews, que la etapa no salió de órbita y se confundió con otro cohete.

Por lo pronto este evento tiene dos vertientes, por un lado, mostrar lo difícil que es hacer el seguimiento de objetos espaciales y al mismo tiempo, abrir una oportunidad para encontrar y estudiar el nuevo cráter y aprender más sobre la composición y estructura de la superficie del satélite.

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