En 2020 México tendrá reglamento para permitir el uso de marihuana con fines médicos. Así lo mandató la Suprema Corte de Justicia cuando resolvió que prohibir por completo el consumo de la marihuana es inconstitucional, pues impide el libre acceso a la salud.
El reglamento llega en buen momento, pues las charlas en Congreso para conseguir una regulación completa, que fomente mercados de mariguana tanto con fines médicos como lúdicos se ha paralizado casi por completo.
Más de 70 iniciativas se han presentado de acuerdo a El País, y los consensos no han llegado; preocupa, entre otros temas, que la desregulación también incluya adecuadamente la despenalización sobre el consumo de la marihuana, que en la nueva industria puedan participar también los pequeños productores, y las formas de garantizar la calidad del producto.
A decir del coordinador de la bancada de Morena en el Senado, Ricardo Monreal, no queda más que dejar "enfriar" el debate.
En realidad la Ley General de Salud fue modificada en 2017 para permitir el uso en el país de medicamentos que fueran derivados de la cannabis. La victoria para quienes necesitan tratamientos terapéuticos basados en THC (compuesto activo de la cannabis) fue solo a medias: la Secretaría General de Salud debía construir el reglamento correspondiente en un plazo máximo de 180 días.
El plazo transcurrió pero nada pasó. Eventualmente un paciente con epilepsia, con prescripción de aceite de cannabidiol, presentó un recurso de amparo ante la Suprema Corte y la Segunda Sala se lo concedió: no solo le permitió el uso del tratamiento médico, también permitió otro plazo de 180 días hábiles para que la Secretaría de Salud construya (ahora sí) el reglamento.
Apenas el primer paso
Prácticamente toda bancada en el Senado ha manifestado estar a favor de la legalización de la marihuana, la mayoría incluso con fines lúdicos. En este 2019 el Senado celebró un parlamento abierto sobre la regulación de la cannabis
Aún así, la regulación total sigue sin ser bien vista por la mayoría de los mexicanos, según lo revelado por el Instituto Belisario Domínguez. En el ejercicio citado por La Razón, 45% de los mexicanos acepta la regulación total, 42% la rechaza y 5% están a favor del uso medicinal pero no con el uso con fines recreativos.
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