DiDi llegó a México hace algunos meses con una prueba piloto en Toluca, para después expandirse a otras importantes ciudades de la república. Sin embargo, extrañamente, la empresa evadía la capital del país, hasta que por fin ha iniciado operaciones en días recientes. La competencia en México siempre es bien recibida y es por eso que en Xataka México nos dimos a la tarea de probar DiDi y así fue nuestra experiencia.
DiDi, un competidor que quiere hacerle daño a Uber
Una de las principales promesas del gigante chino es que sus tarifas son más bajas respecto a la competencia en México. Teniendo en cuenta que el mercado nacional está dominado por Uber, es obvio que se refiere a que sus precios son más económicos que los de la compañía fundada por Travis Kalanick.
Para comprobar esto, cotizamos el mismo viaje, a la misma hora en Uber, Cabify y, por supuesto, DiDi. Los resultados fueron llamativos pues Uber mostró un precio más bajo, aunque sea por unos pocos pesos. Aquí las capturas de pantalla de las tres plataformas:
Cabe mencionar que los precios son en las modalidades equivalentes de las tres plataformas: UberX, Cabify Lite y DiDi Express, la modalidad básica de la plataforma china y la única que está disponible en este momento en el país. Entonces nos encontramos con que Uber sigue siendo la opción más económica, seguido muy de cerca por DiDi y luego Cabify.
Tras solicitar el servicio, DiDi pide confirmar el punto de recogida y listo, esperamos por la llegada de la unidad. En este apartado es importante mencionar que si bien la app mostraba un tiempo estimado de espera de un minuto, en realidad pasaron cerca de 10 para el arribo del automóvil pues la unidad estaba alejada de mi ubicación.
En la pantalla de espera tenemos la fotografía (aunque en este caso no había una) y nombre del conductor, así como las placas del auto que brindará el servicio. Podemos enviar mensajes, incluso hay algunos predeterminados, y llamar para ponernos en contacto con el conductor. Aquí destacamos la privacidad extra que DiDi otorga al no revelar los números reales de ninguna parte.
También se muestran los botones para cancelar el viaje, compartir la información del viaje con distintas plataformas (Facebook, Messenger, WhatsApp y SMS) y para solicitar ayuda en caso de ser necesario. Casos en que el conductor inicia el viaje antes de tiempo o el usuario se confunde al elegir destino son algunos de los que se ejemplifican, y también se puede solicitar apoyo por correo electrónico o vía llamada telefónica.
Al iniciar el viaje, se muestra la información del trayecto: distancia, tiempo estimado y la ruta, aunque también se puede indicar al conductor si tomar una ruta específica o seguir al navegador, y la opción de cambiar el destino. Por otro lado, un detalle interesante es que si bien al inicio de solicitar el viaje se muestra un estimado, durante el trayecto se muestra un precio que va aumentando en tiempo real, en función de la distancia y tiempo.
Asumo que esto es de utilidad en caso de querer cancelar el viaje a la mitad o cambiar destino. Por cierto, se muestra también el desglose de la tarifa, con precio por kilómetro y minuto, impuestos, tarifa base y cuota de solicitud. En un pequeño paréntesis, sería bueno que DiDi mejore su navegador ya que en muchas ocasiones el trayecto del automóvil se mostró errático.
Al finalizar el viaje se muestra la información del cobro total dentro de la propia app, en forma de una notificación emergente y por correo electrónico. En mi caso la estimación inicial marcó 88 pesos, pero finalmente el cobro fue de 84.58 pesos (aún más costoso que el precio marcado por Uber, por muy poco). El cobro no se aplicó a mi método de pago debido a un código promocional, en caso de que se lo estén preguntando.
Finalmente, tenemos la opción de calificar el servicio del conductor, dejar alguna sugerencia o bien elegir alguna de las propuestas por la plataforma, así como dejar una propina si así lo decidimos.
Respecto a la experiencia como tal del trayecto, mencionaré que la actitud del conductor fue la mejor, pero muy lejos de lo que en su momento fue el trato de los primeros conductores con la llegada de estos servicios al país. Nada de abrir la puerta al pasajero, ofrecer agua o bocadillos, preguntar si se necesita cargador o se quiere escuchar alguna estación de radio en específico.
Son detalles pequeños, pero que en su momento hacían la diferencia. Sin embargo, y este es un punto muy importante, esta fue mi experiencia con un solo conductor, por lo cual no descarto que otro socio podría aún tener estas atenciones con sus pasajeros. Cuestión de suerte, supongo.
En resumen, DiDi no está mal, es bueno siempre tener más competencia en México, pero tampoco es nada disruptivo en el mercado. Lo que sí resalto mucho es que si bien sus precios son muy similares a los de Uber (ligeramente superiores como hemos visto), su entrada a la capital del país está plagada de promociones y descuentos que vale la pena aprovechar para conocer el servicio. Ya veremos cómo le va en el futuro cercano y en su expansión por el país.
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