La industria automotriz mexicana respira: piezas que cumplen con T-MEC quedan exentas de arancel del 25% impuesto por Donald Trump

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Adolfo Reséndiz

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Adolfo Reséndiz

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Periodista por la Escuela de Periodismo Carlos Septién García y técnico mecánico automotriz CEDVA. Me gusta el rap, comer asado argentino y manejar por carretera los fines de semana. Mis autos favoritos son el Alfa Romeo Carabo, Lancia Stratos Zero y Porsche 917 K70.

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La industria automotriz mexicana acaba de recibir un respiro. En medio de la tensión generada por los nuevos aranceles de Donald Trump, una decisión clave abre la puerta para que miles de piezas fabricadas en México y Canadá sigan entrando a Estados Unidos sin pagar el temido impuesto del 25%. Esa excepción no es menor. Es la línea que separa la estabilidad de una industria millonaria del caos que pudo haberse desatado si todas las autopartes hubieran caído bajo la misma regla.

La noticia se implemetará esta misma semana: cualquier componente automotriz que cumpla con los criterios del T-MEC seguirá libre de aranceles. En otras palabras, el tratado que une a los tres países de Norteamérica todavía tiene valor. Aunque Trump mantiene su postura dura sobre los autos completos importados, a los que sí les aplica el impuesto, ha decidido hacer una pausa táctica en su ofensiva comercial. México, que es el principal exportador de piezas hacia EE.UU., se perfila como el gran ganador de esta aparente tregua.

Las reglas son claras. Si una autoparte cumple con el porcentaje mínimo de contenido regional que exige el T-MEC, puede ingresar a Estados Unidos sin pagar nada extra. Eso da tranquilidad a los fabricantes, pero también tiempo. Las nuevas disposiciones permiten a las empresas solicitar compensaciones arancelarias por hasta dos años, según información de Bloomberg. En ese periodo, se espera que muchas ajusten sus cadenas de suministro para evitar sanciones futuras. Algunas incluso podrían mover parte de su producción a territorio estadounidense, como parte de una estrategia preventiva.

El gobierno mexicano celebró la medida. Claudia Sheinbaum, presidenta electa, dijo que es “una buena noticia” y aseguró que continuará el diálogo con la administración Trump. No es menor el gesto. Con la amenaza de una guerra comercial latente, cada exención ganada puede traducirse en miles de empleos salvados. Sobre todo en sectores como el automotriz, que depende de cadenas binacionales y funciona casi como una red de relojería entre fábricas mexicanas y plantas de ensamblaje en Estados Unidos.

Mientras tanto, los autos terminados siguen bajo presión. El arancel del 25% a vehículos completos no se ha tocado. Algunas marcas ya advirtieron que subirán precios ante la posible escasez de inventario. Y aunque Trump insiste en que la medida impulsará la producción local, los analistas no descartan que el impacto final lo paguen los consumidores. Menos variedad. Más caro. Menos accesible.

Bmw Fabrica Mexico Fábrica de autos BMW en México.

T-MEC salva a México, por ahora

La exención para piezas de autos, por ahora, mantiene viva la esperanza de que el comercio regional pueda sostenerse sin fracturas. Pero no es una garantía permanente. Si Trump avanza con su estrategia, el modelo de integración norteamericana podría tambalear. Y con él, la base de uno de los sectores más importantes para México.

¿El T-MEC será suficiente para contener la presión? Por ahora, al menos, ha ganado una batalla. Falta ver si resistirá la guerra comercial que apenas comienza.

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