Jeff Bezos quiere revolucionar la movilidad eléctrica con la pickup modular que se puede transformar en SUV

La revolución de los autos eléctricos podría estar a punto de cambiar de rumbo gracias a una jugada inesperada. En un evento celebrado en Los Ángeles, Jeff Bezos, fundador de Amazon, respaldó el lanzamiento de la Slate, una pick-up eléctrica que promete lo que muchos creían imposible: un vehículo versátil, fabricado en Estados Unidos, que costará apenas 20,000 dólares, según reportes de TechCrunch y que cualquiera podrá configurar a su gusto. Su producción comenzará en 2026 y, desde ahora, ya se pueden hacer depósitos reembolsables por apenas 50 dólares.

Parece que Slate no es una camioneta eléctrica convencional. Aquí no hay lujos exagerados ni promesas de tecnología futurista difícil de entender. La idea es simple: crear un lienzo en blanco sobre ruedas. La versión de entrada llega con cabina sencilla, dos asientos y un solo color: gris mate. No es porque no puedan hacer más, es porque quieren que el usuario decida. Desde un pequeño cambio estético hasta la transformación completa en un SUV de cinco plazas, Slate deja todo en manos de quien la compra.

El interior también refleja esta filosofía. No hay pantallas táctiles ni sistemas de infoentretenimiento complicados. Lo que hay es un soporte universal para tu teléfono o tablet y un tablero diseñado para agregar tu propio altavoz Bluetooth. La camioneta está pensada para ser tan fácil de personalizar como pegar una calcomanía. Cambiar el color tampoco será un problema, ya que el exterior de la nueva pick-up eléctrica Slate está hecho para aplicar vinilos adhesivos que cualquier usuario podrá colocar, quitar o volver a instalar cuantas veces quiera.

Bajo el cofre, Slate también se mantiene modesta. El modelo básico montará un motor eléctrico trasero de 201 caballos de fuerza y 195 libras-pie de torque, alimentado por una batería de 52.7 kWh que permitirá recorrer hasta 241 kilómetros con una sola carga. Quienes necesiten más autonomía podrán optar por una batería extendida de 84.3 kWh, que elevará la distancia a 386 kilómetros. Para la carga rápida, el sistema NACS, proveniente de Tesla, promete recuperar del 20% al 80% de energía en apenas 30 minutos.

Slate no viene con equipo de sonido de serie.

Lo más atractivo de Slate es su capacidad de adaptación. Si en algún momento necesitas más espacio, puedes agregar el kit SUV, que añade una fila trasera para tres pasajeros sin necesidad de pasar por una agencia o taller especializado. Y si después prefieres volver a la configuración de pick-up eléctrica, también puedes hacerlo. En un mundo donde la mayoría de los vehículos limitan tus opciones una vez los compras, Slate promete ser todo lo contrario: un vehículo que crece contigo.

La ficha técnica termina de redondear el concepto. Mide 4.4 metros de largo, 1.7 metros de ancho y 1.7 metros de alto. Su cajela delantera ofrece espacio suficiente para las compras semanales o para dos maletas de mano. Soporta hasta 635 kilos de carga útil y puede remolcar hasta 453 kilos, cifras modestas que son más pensadas para viajes por ciudad. Sin embargo, para su tamaño y precio es más que respetable.

Slate con kit de SUV.

Slate, el chico nuevo del barrio

En materia de seguridad, Slate aspira a una calificación de cinco estrellas en las pruebas USNCAP, gracias a equipamiento como frenado automático de emergencia, control de estabilidad, control de tracción y bolsas de aire frontales, laterales y de cortina. También ofrece cámara de reversa, reconocimiento de peatones y sistema de luces altas automáticas.

Frente a propuestas costosas y polarizantes como la Tesla Cybertruck, parece que Slate ofrece una visión mucho más práctica y accesible de lo que debería ser un vehículo eléctrico para las masas. No busca deslumbrar con extravagancias, sino resolver necesidades reales de movilidad. Y eso, en un mercado saturado de promesas incumplidas, podría ser su mayor fortaleza.

Cajuela frontal de Slate.

Jeff Bezos ha puesto la mira en el futuro de la movilidad, pero no lo ha hecho con fuegos artificiales. Lo ha hecho con algo mucho más poderoso: sentido común. El tiempo dirá si Slate logra cambiar el juego, pero si algo es seguro, es que el concepto ya puso a toda la industria automotriz a mirar de reojo.