En una remota isla del archipiélago de las Luisiadas, frente al extremo sureste de Papúa Nueva Guinea, un hallazgo inesperado en una mina llamó la atención del mundo científico: una serpiente de gran tamaño, ojos intensamente negros y un peculiar color mate que resultó ser una nueva especie jamás registrada.
El descubrimiento fue realizado por el investigador Fred Kraus durante una expedición en la isla de Misima, como parte de un proyecto más amplio dedicado a catalogar la biodiversidad reptiliana de la región. Su atención fue llamada por una serpiente que se deslizaba entre los escombros del terreno, junto a un edificio en un entorno altamente degradado por la actividad humana.
Color negro intenso, ojos oscuros y un crecimiento que transforma su tonalidad
Nombrada como Dendrelaphis atra, o serpiente arborícola atra, esta nueva especie destaca no solo por su tamaño, que puede alcanzar hasta 1.24 metros de largo, sino también por su apariencia. Kraus explicó en su artículo publicado en la revista científica Zootaxa que el nombre atra proviene del latín y significa "negro", en alusión a la coloración negra mate que distingue a los ejemplares adultos.
Una característica fascinante de esta serpiente es que su tonalidad cambia con la edad: los ejemplares jóvenes presentan un color gris-marrón, mientras que los adultos adoptan un tono negro uniforme, una forma de "melanización ontogenética" rara entre sus parientes. Además, estas serpientes poseen una distintiva barbilla blanca que resalta aún más su singular apariencia.

Un ecosistema perturbado que aún guarda secretos biológicos
La Dendrelaphis atra fue encontrada no solo en selvas tropicales y crestas de vegetación natural, sino también en zonas impactadas por el ser humano, como jardines, aldeas y el mismo sitio minero donde fue vista por primera vez. Esto sugiere que, a pesar del deterioro ambiental, estos reptiles podrían estar desarrollando estrategias de adaptación que les permiten sobrevivir en hábitats modificados.
No obstante, el conocimiento sobre su comportamiento, dieta o patrones reproductivos sigue siendo escaso. Hasta el momento, su presencia se ha confirmado únicamente en la isla de Misima, lo que la convierte en una especie endémica y potencialmente vulnerable.
Otras tres nuevas especies fueron descritas en el mismo estudio
La Dendrelaphis atra no fue el único hallazgo destacado de Kraus. Durante su investigación, también logró identificar tres nuevas especies en islas cercanas: D. anthracina en la isla Rossel, D. melanarkys en la isla Sudest y D. roseni en la isla Woodlark. Estas especies fueron diferenciadas no solo por patrones de color, sino también por características específicas de sus escamas y genitales.

Según Kraus, el grupo de serpientes arborícolas del género Dendrelaphis ha sido históricamente problemático en términos de clasificación. Hasta ahora se habían aplicado 28 nombres a estas serpientes en Melanesia y solo recientemente se han reconocido nueve especies válidas en la región. Las nuevas descripciones requieren, además, una revisión de especies previamente reconocidas como D. papuensis, debido a la presencia de variaciones morfológicas antes pasadas por alto.
Uno de los principales desafíos que señala Kraus en su publicación es la falta de datos sobre la distribución geográfica de estas especies. En muchas ocasiones, las colecciones de museos utilizan nombres de forma incorrecta y dificulta el trabajo de clasificación y conservación.
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