Lo dice la psicología, los que crecieron en los años 1960 y 1970 desarrollaron fortalezas mentales que hoy están perdiéndose

Los avances tecnológicos sin duda han mejorado significativamente nuestra calidad de vida y la han vuelto más sencilla en muchos aspectos. Sin embargo, esto parece estar pasando factura a generaciones como la Alfa, pues al crecer rodeados de tecnología e inteligencia artificial, sus miembros han visto afectada su forma de interactuar con otras personas y han perdido ciertas habilidades elementales.

Algunas investigaciones señalan que este fenómeno también puede estar ocurriendo entre los adultos jóvenes de la generación Z, ya que el constante uso de las pantallas ha afectado la forma en las nos comunicamos día a día. En contraste, las personas mayores de 50 años, al crecer en un estilo de vida más sencillo y a la vez más exigente, han logrado desarrollar aptitudes cada vez más raras en los tiempos que corren, como  la paciencia, la autonomía y la tolerancia a la frustración.

Fortalezas de los mayores de 50 años

Decía hace un tiempo el diario francés Ouest-France que el progreso no siempre vuelve más resilientes a las personas. Mencionaba que si las personas crecidas en las décadas de los 60 y los 70 había desarrollado cualidades que escasean entre las más jóvenes es porque crecieron con menos distracciones, tenían interacciones sociales más directas e incluso tuvieron que asumir responsabilidades desde pequeños, aprendiendo a valerse por si mismos, a ser pacientes e independientes.

"Crecieron sin pantallas omnipresentes, notificaciones constantes ni gratificación instantánea", afirmaba el autor de la publicación, Sylvain Barrère. Mencionaba que estas condiciones forjaron las fortalezas que, hoy en día, les permiten afrontar retos con serenidad y perseverancia, y que, según los psicólogos, son muy importantes para seguir evolucionando en el mundo contemporáneo. 

De acuerdo con Barrère, estas son las fortalezas mentales más sorprendentes que desarrollaron las generaciones de los años 60 y 70:

• Paciencia. Antes, la información tardaba en llegar, por lo que la gente sabía esperar. La paciencia tiene muchos beneficios, como mejorar la toma de decisiones o calmar la mente.  
• Tolerancia a la frustración. Una verdad de la vida es que esta no es justa. Los psicólogos creen que saber esto ayudaba a los niños y niñas de antes a entender que el fracaso era parte del camino. 
• Satisfacción con lo que se tiene: Las personas de estas generaciones crecieron con menos posesiones materiales y menos expectativas "poco realistas sobre cómo debería ser la vida". 

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• Tolerancia a la incomodidad: La exposición a la incomodidad fomentó el desarrollo de la flexibilidad emocional y la resiliencia a largo plazo entre los jóvenes de las generaciones anteriores.
• Mayor capacidad de concentración: Leer durante horas, escribir cartas o escuchar discos de música completos son ejemplos de actividades que fortalecen la capacidad de atención, lo cual difiere del modelo instantáneo actual.
• Gestión directa de conflictos: El diálogo cara a cara, aunque puede generar momentos incómodos, también permite aprender a interpretar el lenguaje corporal, trabajar la escucha activa y desarrollar mejores formas de expresarse. 

¿Tiempos difíciles forjan personas fuertes?

Como advierte GenBeta, es importante no idealizar ninguna época. Si bien es verdad que gran parte de los mayores de 60 años poseen alguna o varias de estas cualidades, no todos lo hacen. Además, se debe considerar que tuvieron que vivir épocas más duras. Las generaciones actuales enfrentan sus propios retos y han desarrollado sus propias habilidades con las cuales hacerles frente. 

Dicho esto, lo cierto es que la exposición a las pantallas se ha vuelto un problema. Por ello, desde hace algún tiempo, en países como Francia se han establecido estrictas políticas que limitan el tiempo que los menores de edad pueden pasar en celulares, tabletas o televisores, tanto en casa como en la escuela. Incluso se ha planteado prohibir estos aparatos entre los menores de 13 años. A la vez, se aboga por fomentar actividades que estimulen la imaginación y la interacción social en los jóvenes.

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