A las 6:20 de la mañana hora de México del sábado 25 de diciembre, el telescopio espacial James Webb inició su viaje para ubicarse a más de un millón de kilómetros de la Tierra, desde donde iniciará su misión de observación del universo en aproximadamente seis meses.
Después de años de retrasos y fechas de lanzamiento pospuestas, en el día definitivo la cuenta atrás avanzó sin demoras, cada paso se completó cómo estaba planeado y el cohete siguió su trayectoria sin problemas. Incluso se logró ver el momento en que la segunda etapa del cohete captó el despliegue su panel solar, tras lo que se dio a conocer que el Webb estaba totalmente encendido.
Todavía hay más obstáculos por delante
A pesar de este éxito inicial, el telescopio todavía tiene retos adicionales a superar antes de que se considere totalmente operativo, lo que deberá ocurrir a mediados del próximo año.
Durante las próximas semanas, el protector solar se extenderá a su ancho completo y las múltiples capas de su pantalla se separarán y estirarán para llegar a su forma final.
Luego una torre colocará los instrumentos lejos del lado "caliente" del telescopio, donde se encuentran el panel solar, el equipo de comunicación y el hardware para que este funcione adecuadamente. Esto también funciona como medida preventiva, pues el calor que generan puede inundar las señales del equipo de imágenes infrarrojas.
Una vez completada esta etapa, el lado "frío" comenzará a armarse, donde el espejo secundario (que se encuentra montado en unos brazos que se extienden frente al primario) se desplegará. Luego las dos alas del espejo primario (que se encuentran dobladas hacia atrás para encajar en el cohete) se moverán hacia adelante para colocarse en su posición final.
Después otro panel se extenderá en este mismo lado, que actuará como radiador para que los instrumentos se puedan enfriar, pues deben estar a siete grados Kelvin para funcionar adecuadamente. Esta etapa se podrá demorar 96 días en lo que se llega a la temperatura operativa.
Ajustes, ajustes y más ajustes
Tras dos semanas, el telescopio estará cerca de su configuración final, aunque todavía los espejos deberán moverse aproximadamente un centímetro para llegar a su objetivo, lo que se logrará en aproximadamente 10 días más.
Una vez que el Webb esté completo, los controladores empezarán a recibir imágenes de estrellas aisladas para hacer los ajustes necesarios y que el instrumento esté en su configuración operativa.
Por ahora ya se han superado varias etapas importantes, que se encuentre en el espacio, con energía y comunicándose con la Tierra.
Foto: NASA