"No descargues piratería": la amenaza funciona perfecto en mujeres, pero para los hombres se necesita de otra estrategia, según estudio

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Este artículo tiene como objetivo proporcionar información con fines educativos y de conocimiento público. Sin embargo, es importante destacar que la piratería de contenido protegido por derechos de autor es ilegal y puede tener consecuencias legales graves para aquellos que participan en ella. No respaldamos ni promovemos de ninguna manera la piratería en línea ni sus actividades asociadas. Instamos a nuestros lectores a respetar los derechos de autor y a consumir contenido de manera legal y ética.

La piratería digital es un fenómeno aparentemente imparable. Desde los videojuegos hasta las series, pasando por las películas y la música, descargar contenido de manera ilegítima es una práctica que nos acompaña desde la popularización del internet.

Hoy en día, es una práctica común en ciertos círculos, pero un nuevo estudio indica que las mujeres son más propensas a detener sus prácticas de piratería que los hombres.

Según la investigación realizada por Kate Whitman y su equipo de la Universidad de Portsmouth, las mujeres tienden a tener una respuesta positiva a los mensajes amenazantes que instan a prevenir la piratería digital: sus intenciones piratas se reducen hasta un 50%. En contraposición, los hombres suelen incrementar sus incursiones hasta en un 18%.

En palabras de Whitman, las campañas contra la piratería pueden resultar contraproducentes, desatando más su práctica en lugar de evitarla. Esto es especialmente visible en los hombres:

"La investigación muestra que los mensajes antipiratería pueden aumentar inadvertidamente la piratería, lo que es un fenómeno conocido como reactancia psicológica. Desde el punto de vista de la psicología evolutiva, los hombres reaccionan más fuertemente cuando su libertad se ve amenazada y, por lo tanto, hacen lo contrario".

La respuesta psicológica de los hombres es un punto interesante de investigación. El documento menciona que profundizar en este tema puede ser esencial para formular políticas y acciones que mejoren la interacción con el usuario. De esa manera, es posible combatir de manera eficaz la piratería digital.

Este estudio muestra que hombres y mujeres procesan los mensajes amenazantes de manera diferente. Es evidente que existe una necesidad de un enfoque personalizado en los mensajes antipiratería, pero si los mensajes no pueden dirigirse con precisión a géneros específicos, es mejor evitarlos, ya que podrían hacer que la piratería se disparara.

Mujeres en la piratería

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Aunque el estudio argumenta que las mujeres tienden a bajarse del barco de la piratería, hay un par de buenos ejemplos de mujeres "bien adentro en alta mar". La que primero puede llegar a nuestros pensamientos es Alexandra Elbakyan, programadora y neurocientífica de Kazajistán que fundó cierta plataforma para dar acceso gratuito a artículos científicos y académicos que normalmente son de pago.

Su plataforma es un intento por democratizar no solo el internet sino la ciencia en general, pues muchos estudiantes de múltiples ramas pueden mantenerse actualizados gracias a que pueden leer las investigaciones más recientes.

Un caso un poco más extremo es Empress, quien ha ganado notoriedad (tanto positiva como negativa) entre la comunidad de piratería de videojuegos. No se conoce con exactitud si es solo una persona o un grupo de personas, pero la traducción del alias (Empress significa emperatriz) y algunos comentarios que ha dejado ha llevado a la suposición de que se trata de una mujer.

Antropología pirata

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Es difícil estimar con precisión cuándo fue que inició el boom de la piratería digital. Sin embargo, uno de los más antiguos y notorios casos es el de la música, en particular con el surgimiento de los archivos peer-to-peer, llamados P2P. Actualmente, los torrents trabajan bajo un esquema similar, con servidores descentralizados.

Para transferirse música pirateada a finales de los 90s se utilizaba una plataforma llamada Napster. Esta plataforma fue lanzada en 1999 por Shawn Fanning y Sean Parker, un par de estudiantes universitarios que no sabían que revolucionarían la forma en que las canciones y pistas musicales se distribuyen en línea.

El funcionamiento de esta plataforma era bastante sencillo, los usuarios descargaban e instalaban cierto software en sus computadores, a través del cual podía buscar y descargar canciones de las bibliotecas de otros usuarios conectados a Napster. Era como una librería comunal que permitía el libre (e ilegítimo) acceso a una enorme cantidad de pistas. La plataforma fue tan exitosa que para 2001 ya tenía una serie de demandas legales por parte de las discográficas, de tal manera que lograron el cierre del sitio.

Sea como fuere, crear estrategias antipiratería es una tarea complicada pues en muchos casos resulta que, intentando evitarla, la incentivan. Esto empeora cuando el estudio argumenta que, desde un punto de vista psicológico y evolutivo, los hombres reaccionan más activamente cuando amenazan su libertad. 

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