Adolfo Reséndiz
EditorPeriodista por la Escuela de Periodismo Carlos Septién García y técnico mecánico automotriz CEDVA. Me gusta el rap, comer asado argentino y manejar por carretera los fines de semana. Mis autos favoritos son el Alfa Romeo Carabo, Lancia Stratos Zero y Porsche 917 K70.
La política de Estados Unidos gira y, sin querer, deja un premio del otro lado del Atlántico. Mientras Washington enfría el apoyo a los eléctricos, Europa acelera la agenda cero emisiones. La clave pasa por baterías hechas en casa y con menos dependencia de China.
En ese tablero aparece Tesla. La marca de Elon Musk pone la mira en Gruenheide, a las afueras de Berlín. Esa planta tiene valor simbólico y práctico, ya que es la única fábrica de Tesla en territorio europeo.
Hoy, desde Berlín sale el Model Y. El detalle incómodo queda en la parte que no se ve: las celdas llegan desde gigafactorías de Norteamérica. Ese modelo funciona mientras las reglas no cambian, pero la política y el costo logístico ya no perdonan.
Según la agencia alemana DPA, con información atribuida a fuentes de Tesla y recogida por Bloomberg, la producción de baterías en Alemania podría iniciar en 2027. La meta apunta a ocho GWh al año. Eso alcanzaría para abastecer cerca de 130,000 autos por año.
Batería del Tesla Model Y Performance.
Para lograrlo, Tesla tendría que modificar instalaciones en Berlín. La compañía habla de inversión de cientos de millones de euros. El premio inmediato sería cortar importaciones desde Estados Unidos y tomar control de costos a largo plazo.
Para Europa, el movimiento tiene otra lectura. El continente va atrás de China en capacidad para fabricar baterías, pieza central de la cadena de valor eléctrica. Por eso también aparecen apuestas públicas, como 852 millones de euros para seis proyectos de celdas anunciados este verano.
Tesla Model Y Standard.
Las baterías hechas por Tesla en Alemanía son fundamentales para Elon Musk
Tesla incluso lanza una frase que deja ver el reto. Producir celdas baratas en Europa roza lo imposible, dice la marca, pero con condiciones adecuadas toda la cadena de valor de baterías podría quedar dentro de Gruenheide. Traducido, Europa gana músculo industrial y Tesla gana margen. Un regalo de Trump a Europa.
El plan también huele a urgencia comercial. Tesla vive un 2025 duro en Europa, con rivales europeos y chinos que toman terreno, más ruido alrededor de las posturas políticas extremistas de Musk y una gama que ya acusa edad, porque Model 3 y Model Y renovados se sienten como el mismo auto.
Tesla Model Y Performance.
Los números muestran el golpe. En noviembre, Tesla cayó 58% en Francia, 59% en Suecia, 49% en Dinamarca y 44% en Países Bajos, con Noruega como rara excepción gracias a un mercado eléctrico que rebasa 90%. En todo 2025, la cuota europea bajó a 1.6% desde 2.4% de 2024, lejos del 2023 cuando Model Y dominó ventas en Europa y el mundo. Baterías hechas en Alemania no arreglan todo, pero sí pueden cambiar la percepción entre compradores, gobiernos y socios industriales.
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