Fabricar eclipses solares es posible y la la Agencia Espacial Europea (ESA) lo sabe. Con el proyecto Proba-3 buscaran ocultar el Sol para estudiar los efectos de la corona solar. Se trata de la primera misión que sincronizará una configuración doble de satélites para bloquear ocultar el Sol y registrar los efectos.
De acuerdo con información de la ESA, a finales de año comenzarán las primeras pruebas. Si todo sale bien, será un laboratorio orbital que podrá crear eclipses solares a voluntad de manera controlada y, naturalmente, sin ser perceptibles desde la Tierra.
Cada uno de los satélites que dan forma a este sistema binomial se encargará de dos funciones distintas. Por un lado está Coronagraph (coronógrafo), el cual se encargará de estudiar la atmósfera circundante del Sol, mientras que Occulter (ocultador) se alejará hasta 144 metros de Coronagraph para bloquear la luz del Sol, dando forma a un eclipse artificial en la órbita terrestre.
Occulter cuenta con un disco de 1,400 milímetros de diámetro que ocultará el Sol, de tal manera que Coronagraph puede estudiar efectos como la corona solar que aparece alrededor de los eclipses totales, y que tantas fotos pudimos ver durante el eclipse del 08 de abril. Dicho eclipse pudo verse en México, con muchas fotografías tomadas desde distintos lugares de la República.
Pero volviendo al tema, Proba-3 también busca comprender a profundidad las eyecciones de la corona, las cuales son erupciones de material solar que pueden tener un significativo impacto en la atmósfera terrestre y el clima, tanto dentro como fuera del planeta. Además, al poder realizar un seguimiento milimétrico de la trayectoria de los satélites y del Sol, pueden estudiar los efectos de eclipses solares prolongados.
Un diseño milimétrico para ocultar nuestro Sol
En particular, los satélites de Proba-3 podrán mantener en alineación un eclipse durante seis horas por órbita. La ESA revela que el principal motivo para hacerlo solo durante seis horas, que ya de por sí sería todo un logro, es el costo en combustible.
Dentro del sistema se encuentran herramientas como enlaces de radio, con los cuales ambos satélites se transmitirán información, y sensores para tomar como referencia las estrellas de fondo para mantener su posición.
Asimismo, cuentan con receptores GNSS, que son utilizados para determinar posiciones y calcular la velocidad con la que orbitan la Tierra; finalmente, integran metrología láser, de tal manera que Occulter proyecta un láser hacia Coronagraph, el cual rebota de nuevo hacia Occulter con el fin de mantener la formación.
Proba-3 se lanzará en otoño, tras más de 10 años en desarrollo, cuando los dos satélites sean puestos en órbita utilizando como vehículo de transporte un cohete PSLV-XL de la India. El tiempo nos dirá si la misión se cumplió o no, pero de momento habrá que esperar a que este sistema logre despegar y posicionarse con éxito.
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