Por 35 años un hombre usó una identidad falsa: trabajó, se casó, se endeudó y provocó que la persona real terminara en un psiquiátrico

Identidad Falsa Medica
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Recientemente, el Departamento de Policía de la Universidad de Iowa detuvo a Matthew David Keirans, un empleado del Hospital de la Universidad, que vivió durante 35 años bajo el nombre de William Woods. Keirans utilizó durante toda una vida la identidad de Woods, quien en 2020 fue encerrado en un hospital psiquiátrico por su culpa.

Este suceso provocó implicaciones como una bola de nieve que termina resquebrajándose: engaño, mentiras y el pago al que tuvo que someterse la persona equivocada.

Una vida falsa

Keirans conoció a Woods en 1988 cuando ambos trabajaban en un puesto de perritos calientes en Albuquerque, Nuevo México. Desde ese entonces y cuando dejó el trabajo que compartían, Keirans pasó a utilizar la identidad de William Woods, formando toda una vida alrededor de ese nombre.

Este hombre no solo consiguió trabajos bajo la identidad robada, sino que también obtuvo documentos oficiales y hasta pagó impuestos bajo el nombre de Woods. En 1990 obtuvo una tarjeta de identificación con el nombre y fecha de nacimiento de Woods, para un año después comprar un auto que pagó con cheques sin fondos.

Después de haber llegado hasta Idaho, Keirans retiró todo el dinero que tenía disponible sin preocuparse de la orden de arresto en contra del Woods real, a quien se le acusaba del robo del auto. Reformulando su vida, Keirans se casó en 1994 y tuvo un hijo que lleva el apellido Woods.

Identidad Falsa Medica 1 Torre Gótica del Hospital de la Universidad de Iowa.

Las prácticas fraudulentas de Keirans parecen haber cesado por un tiempo, pero 24 años después de robar la identidad de Woods, en 2012 logró obtener una copia del certificado de nacimiento original de Woods debido a que obtuvo información sobre la familia del perjudicado en los documentos de Ancestry.com.

Fue hasta 2013 que obtuvo trabajo como parte del equipo de IT del Hospital de la Universidad de Iowa, en el cual trabajaba de manera remota hasta que fue capturado. Pero antes de llegar a esa parte, es importante mencionar que tras haber conseguido el empleo, Keirans no desaprovechó la oportunidad para amasar una deuda en crédito y préstamos que ascendió hasta los 200,000 dólares, casi 3,300 millones de pesos con el cambio actual de moneda.

Woods atrapado en una trampa que no merecía

Mientras Keirans formó una familia, consiguió empleos y se endeudaba, el verdadero Woods vivía sin hogar, en las calles de Los Ángeles. No está claro en qué momento Woods se percató de que alguien estaba utilizando tarjetas de crédito a su nombre, y en cuanto pudo asistió al Banco Nacional para explicar lo que sucedía.

La deuda era enorme, sobre todo para la situación en la que Woods se encontraba y se negó a pagar la deuda. Aunque presentó su tarjeta de seguridad social y una identificación auténtica de California, el personal del banco lo cuestionó con preguntas de seguridad asociadas a las tarjetas que Keirans utilizó a su nombre. Como era de esperarse, Woods no pudo responderlas y el banco se puso en contacto con Keirans, quien sí respondió las preguntas y aseguró que nadie debería tener acceso a su cuenta en California.

El destino de Woods estaba sentenciado, habían robado su identidad y le habían adjudicado una deuda que no podía pagar. El Departamento de Policía de Los Ángeles solicitó documentación oficial a Keirans, quien la mandó por fax. Una de las primeras fallas de seguridad en el sistema de Estados Unidos se presentó en ese momento: la licencia de Keirans, a nombre de Woods, incluía el nombre William David Woods.

El segundo nombre real de Woods es Donald, no David. Sin embargo, Keirans dijo que a veces utilizaba el nombre de David en lugar del de Donald. La policía dejó ir a Keirans y se llevó al verdadero Woods, quien enfrentó cargos por robo de identidad (irónico).

Al mantenerse firme en su postura, siempre argumentando que él era el verdadero William Woods, en febrero de 2020 se le juzgó como no apto mentalmente y se le envió a un hospital psiquiátrico en California, donde incluso llegó a ser medicado. "No me hacían caso, y no tenían la certeza de que yo era quien decía ser. Me estaban tachando de loco", comenta Woods para Los Angeles Times.

Pese a todo, Woods siguió en la lucha por recuperar su identidad y en 2023 fue puesto en libertad. A inicios de aquel año, se puso en contacto con el Departamento de Seguridad del Hospital de la Universidad de Iowa, y su queja fue remitida a Ian Mallory, detective principal.

Recuperando su vida

Mallory actuó de inmediato y obtuvo material genético del padre biológico de Woods. Al comparar las muestras con las del Woods verdadero y con las de Keirans, comprobó la compatibilidad genética de Woods. El 17 de julio de 2023, Mallory entró en contacto con Keirans y lo cuestionó sobre el nombre de su padre. En un lapsus de Keirans, dio el nombre de su padre adoptivo real y con ello demostró su culpabilidad.

"Mi vida ha terminado, todo se ha ido" fueron las palabras de Keirans, según lo reportado por The Gazette. Keirans fue arrestado el 18 de julio de 2023 y dictaminado hasta el 12 de diciembre de 2023, se le sentenció por cinco cargos de fraude y robo de identidad. Pese a todo, no está claro cuánto tiempo deberá permanecer en la cárcel.

Por su lado, Woods está viviendo en una van en compañía de un amigo, de acuerdo con información del New York Post. Según ese mismo medio, Woods ha divagado un poco en sus entrevistas, teorizando extraños escenarios sobre por qué Keirans le robó su identidad, pero se piensa que esto forma parte del trauma vivido por toda la gente que lo acusó de demencia.

Cuando se le preguntó qué pasaría con él de ahora en adelante, Woods simplemente respondió: "Creo que tengo que recuperar mis cosas y solo reconstruir quien era". Una nueva oportunidad para Woods se abre camino, seguramente el gobierno tuvo que compensarlo económicamente, pero tampoco está claro cuál fue la recompensa por los años de maltrato.

Identidad Falsa Medica 2 Fotografía de William Woods.

Quizás la historia de Woods es una muestra más de cómo se tiene una predisposición negativa contra la gente sin hogar. Si tan solo los policías que dejaron ir a Keirans al equivocarse de segundo nombre, Woods nunca habría tenido que ser sometido al encierro en un hospital psiquiátrico ni a consumir medicamentos que no necesitaba. Por lo menos Woods parece haber tenido un "final feliz", entre todos sus posibles finales.

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