La maternidad en los países subdesarrollados y en vías de desarrollo todavía es una de las principales causas de mortalidad entre el sector femenino.
De acuerdo a cifras de la Organización Mundial de la Salud (OMS), todos los días mueren 830 mujeres de todo el mundo por complicaciones relacionadas con el embarazo o el parto, es decir que tan sólo en 2015, alrededor de 303 mil mujeres habrán perdido la vida por este motivo.
La mortalidad materna es mayor en las zonas rurales y en las comunidades más pobres, además de que en comparación con otras mujeres, las jóvenes adolescentes corren mayor riesgo de complicaciones y muerte a consecuencia del embarazo.
La situación más escalofriante es que el 99% de estas muertes suelen ocurrir en países en desarrollo y la mayoría de ellas se podría haber evitado con atención especializada antes, durante y después del parto, lo que refleja las desigualdades en el acceso a los servicios de salud y resalta la brecha entre ricos y pobres, incluso dentro de los mismos países, al mostrar la misma proporción abrumadora entre la zonas rurales y las urbanas.
La tasa de mortalidad materna en los países en desarrollo en 2015 es de 239 por cada 100 mil nacidos vivos frente a 12 por cada 100 mil nacidos vivos en los países desarrollados y la mayoría de las complicaciones que producen la muerte ocurren por una hemorragia severa después del parto, infecciones y presión arterial alta durante el embarazo, entre otros motivos.
Esto de acuerdo al documento "Mortalidad materna en 2005", elaborado por la OMS, el UNICEF (Fondo Internacional de Emergencia de las Naciones Unidas para la Infancia, por sus siglas en inglés), el UNFPA (Fondo de Población de las Naciones Unidas) y el Banco Mundial,
Por lo tanto, al ver estas cifras es indiscutible que la gestión y el tratamiento oportuno son factores clave que pueden hacer la diferencia entre la vida y la muerte de la madre y el bebé.
Protagonistas de la salud
Considerado como problema radical a nivel mundial, en el año 2000 se incluyó dentro de los Objetivos de Desarrollo del Milenio de la ONU (un compromiso pactado por los 189 países miembros de las Naciones Unidas) la prioridad por reducir la mortalidad materna en tres cuartas partes entre 1990 y 2015. Esto quiere decir que a través de diversas iniciativas, se planea disminuir la mortalidad materna de 60 a 100 mil niños nacidos vivos a una de 22 por 100 mil nacidos vivos para este 2015.
A nivel mundial, la misma OMS avanza con actividades como pruebas de investigación, brindando orientación clínica basada en evidencia, estableciendo estándares globales, prestando apoyo técnico a diferentes países y diseñando materiales de capacitación y directrices a los trabajadores de salud.
El Centro de Derechos Reproductivos ha trabajado en los tribunales y organismos de derechos humanos a nivel mundial para promover la idea de que la mortalidad que se puede prevenir es una violación a los derechos humanos que los gobiernos deben erradicar.
Por su parte, la UNICEF ofrece programas a parteras calificadas de capacitación sobre la atención obstétrica de emergencia en los países en desarrollo y pide a los responsables políticos que esta atención sea una prioridad en los planes nacionales de salud, entre otras acciones.
La Organización Panamericana de la Salud también ha capacitado sobre prevención, diagnóstico oportuno y tratamiento de las hemorragias obstétricas a profesionales de ocho países de la región, quienes a su vez instruirán a otros en sus países.
La organización humanitaria CARE, en donde las mujeres son el corazón de sus esfuerzos, también tiene acciones que buscan disminuir la falta de asistencia médica, así como la organización Médicos sin Fronteras, que abrió un centro de urgencias gineco-obstétricas en Burundi, país con uno de los más altos índices de mortalidad materna.
Al ser una problemática que afecta a todas las mujeres del mundo, diferentes países han implementado iniciativas que permiten disminuir este riesgo. En el caso de México, el Observatorio de Mortalidad Materna ha desarrollado programas dentro de la Secretaría de Salud e institutos estatales para contribuir a mejorar la calidad de la atención obstétrica por personal calificado.
Hebecom, la solución mexicana
Con el propósito de evitar hemorragias, una de las dos principales razones de muerte según la OMS, surge un emprendimiento de orgullo mexicano que plantea disminuir los índices de mortalidad y morbilidad en todo el mundo.
Se trata de Hebecom, empresa desarrolladora de innovaciones de alto impacto en el ámbito médico que ha resultado finalista en The Venture, recibiendo un reconocimiento especial y mención honorífica durante la premiación de esta edición de Chivas que recompensa a los emprendedores sociales.
Originaria de Jalisco, este emprendimiento presenta Matris Spes, un instrumental médico patentado para hacer hemostasia (detener el sangrado) en casos de mujeres embarazadas con sangrados por placenta previa o en histerectomías por Placenta Previa Acreta, lo cual se produce cuando la bolsa que recubre al bebé, también conocida como placenta, se adhiere al útero de la mamá en la zona inferior, lo que hace necesaria una cesárea, provocando sangrados abundantes, difíciles de controlar y que ponen en riesgo la vida de la madre y el bebé, teniendo una alta mortalidad para ambos.
Matris Spes, que significa esperanza materna en latín, ha demostrado excelentes resultados al reducir de manera considerable el sangrado y al disminuir los ingresos a terapia intensiva, en el tiempo de cirugía y de recuperación, además de que supera el reto más importante: cero muertes maternas para las mamás y los bebés.
Constituido por pinzas y sistemas compresivos elaborados para parar el sangrado en estas cirugías, este instrumento no solo reduce los índices de mortalidad, sino que reduce los costos para médicos, hospitales y sus pacientes.
Con esta herramienta médica, Hebecom busca ayudar a posicionar a México como fuente de innovación de impacto, y colaborar con las metas del milenio de las Naciones Unidas para reducir la mortandad materna en todo el mundo.
Foto | Daniel Lobo