Uno de los desafíos de los autos eléctricos es obtener más autonomía para poder recorrer distancias largas con una sola carga, al mismo tiempo que los tiempos de recarga se reduzcan. Sin embargo, para Jim Farley, CEO de Ford, las baterías que otorguen unos 1,000 km de alcance son "económicamente insostenibles".
En una entrevista con The Verge, Farley comentó que con esas enormes baterías no se ganará dinero. Las baterías grandes salen muy caras, tanto como un Mercedes Clase C, lo que reduce el público objetivo a un nicho muy pequeño.
"Todo lo que escucho son estos anuncios de alcance de 450 millas (724 km), 500 millas (804 km). Si tienes este tipo de batería, no ganarás dinero. No estamos buscando ir 600 millas (965 km). Intentamos construir la batería más pequeña posible para (lograr) una autonomía competitiva".
Y es que esas baterías de alrededor de 100kWh son NMC o NCA (basadas en cobalto), eso las hace mucho más caras por sus propios componentes que las LFP (fosfato de hierro y litio).
Algunos competidores chinos prefieren entrar en una guerra de precios, lo que les hace perder miles de dólares por cada auto eléctrico vendido. Las baterías más pesadas son más caras de fabricar y tienden a reducir los márgenes de beneficio, de los cuales las automotrices son muy protectores.
Las colosales inversiones que los fabricantes deben dedicar al desarrollo de vehículos eléctricos, constreñidos por las políticas europeas y favorecidos por los incentivos estadounidenses para producir este tipo de vehículos, obligan a las empresas tradicionales, como Ford, a la cautela.
Es por ello que las automotrices tradicionales siguen apostando por las baterías LFP que son menos densas energéticamente, con menos autonomía y, sobre todo, mucho menos costosas.
Lo anterior permite también popularizar el uso masivo de los autos eléctricos con costos mucho más atractivos para el cliente, así se lograría una mayor adopción y por ende, quizá una democratización.
