Los humanos coexistimos, a veces más y a veces menos, con una especie de insecto que no tiene muy buena fama alrededor del mundo: las cucarachas. Pese a lo odiadas que son, un reciente estudio demuestra que la historia y expansión de las cucarachas está ligada a la nuestra, por lo que somos los principales aliados de esta molesta compañía.
Esto solo demuestra cómo los humanos somos capaces de transportar e introducir especies no nativas a distintos ecosistemas. Es algo que ya se ha estudiado con anterioridad, como lo sucedido con el burro, animal que nos lleva haciendo compañía desde hace miles de años.
El artículo publicado en Proceedings of the National Academy of Sciences, titulado "Resolviendo el misterio de 250 años sobre el origen y la dispersión global de la cucaracha alemana", menciona que el desarrollo de la civilización provocó la evolución y propagación de especies en entornos urbanos. Esta hipótesis se aplica especialmente para la cucaracha alemana, a la cual los investigadores se refieren como "la plaga de cucaracha más prevalente en el mundo".
Y es que la historia de la cucaracha alemana, cuyo nombre científico es Blattella germanica, comienza en Asia. Su origen se remonta, muy probablemente, a las regiones cercanas al Golfo de Bengala, en India o Myanmar. Los resultados arrojados por el estudio genético demostraron que la "divergencia genética" entre la cucaracha alemana y la cucaracha asiática (Blattella asahiani) es de apenas 0.59%.
En términos de evolución, esta divergencia significa una cosa: ambas especies se separaron hace poco. En pocas palabras, su ancestro común es bastante reciente. Se piensa que la separación ocurrió hace unos 2,100 años. Por lo tanto, la Blattella germanica se derivó, muy recientemente de la Blattella asahiani, y que su dispersión global ha sido impresionantemente rápida.
Cucarachas en oleadas
La propagación de la cucaracha alemana puede dividirse en tres oleadas. La primera ocurrió hace unos 1,200 años y tuvo Medio Oriente como principal zona de ocupación. Probablemente su dispersión ocurrió por los viajes comerciales y militares, con cucarachas escondidas en suministros y canastas.
La segunda oleada ocurrió hace unos 390 años. Esta ocurrió principalmente hacia el sudeste asiático. Las colonias europeas y el intercambio marítimo, impulsado por compañías como la East India Company o la Vereenigde Oostindische Compagnie, fueron los principales responsables de su expansión.
Finalmente, la tercera oleada ocurrió hace unos 270 años. A pesar de que la cucaracha alemana vivió mucho tiempo en Asia, en los últimos siglos se extendió rápidamente por Europa, siendo potenciada por los nuevos mecanismos de transporte creados desde el siglo XIX, como la máquina de vapor y posteriormente los motores de combustión interna.
La percepción general
De esa manera es como el insecto más odiado del mundo fue ganando terreno mundialmente. Según información de Cockroach Savvy, sitio dedicado a la divulgación acerca de las cucarachas, se estima que existen aproximadamente 50 mil millones de ellas en el mundo. Además, se menciona que de las 4,600 especies existentes, solo 50 son consideradas como peste.
La percepción sobre la cucaracha no es muy diferente en cualquier esquina del mundo: la gran mayoría de las personas no las soporta y se les califica como plaga. Pese a todo, ciertas prácticas como el principio del ahimsa en el hinduismo o el budismo, pueden promover métodos de control no letales para estos insectos, aunque no es la norma. Ni siquiera en los supuestos países de origen de la Blattella asahiani, como Myanmar o India.