Vaquita marina, especie en México a punto de la extinción por creencias chinas

Vaquita marina, especie en México a punto de la extinción por creencias chinas

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Vaquita marina, especie en México a punto de la extinción por creencias chinas

En este espacio te hemos contado la lucha por la supervivencia de la Vaquita marina Phocoena sinus, una pequeña marsopa, emparentada con los delfines que está en peligro de extinción debido a la pesca ilegal de la totoaba, un pez que es muy codiciado en los países orientales.

Probablemente estemos ante la inminente desaparición de un mamífero marino endémico de México en los próximos años, y a pesar de los esfuerzos que se han hecho últimamente para intentar evitarlo, no existe una certeza de que vaya a lograrse. Es bastante triste que por creencias que no tienen fundamento sobre la totoaba (como que su buche sea afrodisiaco y tenga propiedades medicinales) estemos por atestiguar la extinción del único cetáceo endémico de México.

En China, un kilo de totoaba cuesta 8500 dólares, una cifra demasiado tentadora para los pescadores del área que desde hace dos años han visto disminuidos sus ingresos debido a la veda que el Gobierno Federal ha impuesto para la pesca con redes de enmalle. Si bien es cierto que las redes que se tienden para pescar a la totoaba no tienen la función expresa de atrapar y matar vaquitas marinas, la verdad es que en los últimos años se han convertido en la primera causa de devastación de la especie.

Medidas para evitar la extinción

Delfin

El último proyecto para salvar a la vaquita marina de la extinción es una empresa arriesgada y que no se sabe a ciencia cierta cuánto éxito tendrá. La idea es trasladarlas a una reserva donde puedan reproducirse sin estar en peligro por las redes de enmalle que son su principal amenaza, pero esta solución plantea varios problemas.

El primero es que es difícil atrapar a las vaquitas marinas pues al vivir en aguas someras y turbias, no es tan fácil localizarlas, además son escurridizas y evitan el contacto con los barcos y por ende con los humanos. El segundo problema es que al sacarlas de su hábitat natural, no se sabe si podrán reproducirse.

El otro gran problema es que quedan menos de treinta ejemplares y este ambicioso proyecto de rescate comenzará hasta el otoño, debido a que en esa época el mar se encuentra más tranquilo, a la vez que se procurará la eliminación de las redes de enmalle.

Otra mala noticia para la vaquita es que el 10 de abril terminó la veda para la pesca con redes de enmalle en el alto Golfo de California, sin embargo y debido al grave peligro que enfrenta de extinguirse, el día 11 de abril se reanudó la veda que estará vigente hasta el 31 de mayo. Esta veda que ha estado vigente durante dos años, no ha demostrado ayudar a la conservación de la especie, sino todo lo contrario, pues el año pasado aún se contaba con unos 50 ejemplares, en tanto en 2017, apenas quedan poco menos de 30, debido a que se han reportado al menos tres muertes en esta especie entre marzo y abril.

Restaurant en CDMX sirve Totoaba... ¿qué?

Pues sí, resulta que en un restaurante de la ciudad de México sirven un platillo con totoaba como ingrediente principal, y antes de que te pongas a despotricar al respecto, déjame te cuento que en nuestro país hay seis UMA (Unidades de Manejo para la Conservación de la Vida Silvestre) que están autorizadas por la SEMARNAT para comercializar estos peces en territorio nacional, siempre y cuando cumplan con la condición de destinar el 50% de los juveniles del pez a su reproducción en el medio ambiente natural, logrando así una repoblación de la especie.

Las seis UMA que tienen totoabas en cautiverio han destinado más de 200mil ejemplares a su reproducción libre en el alto golfo de California, esto lo hacen también con el afán de terminar con la pesca ilegal de la totoaba, lo cual vendría a ser un paso aún más significativo para evitar la extinción de la vaquita marina, estableciendo una pesca controlada de totoaba en el futuro, y mientras tanto, se resguarda a la vaquita marina en su reserva ubicada en el Alto Golfo de California, con el afán de lograr su reproducción.

¿Cómo evitar la extinción?

A los pescadores del área podría interesarles dedicarse a otras actividades tales como el turismo sustentable o la pesca deportiva, lo cual podría redituarles mejor que las compensaciones que ofrece el gobierno por la veda.

Si tú quieres ayudar a evitar la extinción de la vaquita marina podrías sumarte a la petición que ha hecho Greenpeace para lograr su conservación y unirte a los más de 150mil internautas que han firmado.

Algunos datos que no sabías de la Vaquita marina

Infografi A Final Perfil Vaquita
Vía Greenpeace

Para nadie resulta extraño que el gobierno Mexicano haya intentado detener la depredación de esta especie sin embargo, los esfuerzos no han tenido buenos resultados, de manera que en la actualidad quedan menos de 30 ejemplares en el mundo de esta especie que es endémica del Golfo de California.

El tamaño de la vaquita marina es de apenas 150 cm, su peso promedio es de 50 kilos, es incluso menor que una persona promedio. Su hábitat se limita a la parte norte del Golfo de California. Su carácter es tímido, no como sus primos los delfines que les encanta dar de saltos sobre el agua, la vaquita, apenas emerge un poco para tomar aire, recordemos que al ser mamífero, necesita respirar, tal como nosotros.

Para comunicarse y saber por dónde nadar, utilizan el sistema de ecolocación, tal como las ballenas y los delfines, son animalitos que no tienen prisa por vivir, y siempre andan con paso lento tanto para nadar como para alimentarse. Por su misma naturaleza evitan acercarse a los barcos, y suelen andar solas, o si acaso en grupos pequeños de dos a tres individuos.

Su dieta es a base de peces y calamares, se cree que pueden vivir hasta 20 años, alcanzan la madurez sexual a los 3, su periodo de gestación va de los 10 a los 11 meses y las crías nacen por lo general durante el mes de marzo. Entre una cría y otra puede haber de uno a dos años, al nacer, las pequeñas marsopas son alimentadas con leche materna entre 6 y 8 meses.

Imagen | Greenpeace

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